Un anhelo largamente esperado

La Junta de Andalucía acaba de anunciar con orgullo y satisfacción que la Escuela de Golf de El Toyo se encuentra al 94% de su construcción. Que el proyecto llegue casi cinco años más tarde de lo anunciado es ahora una pequeñez insignificante si lo comparamos con la alegría que produce entre todos los almerienses la inminencia de ver cumplido un anhelo tan largamente esperado. ¡Por fin tenemos una Escuela Pública de Golf! Escribo su nombre y siento en la punta de mis dedos la inabarcable emoción de poder contar con un lugar donde aprender a jugar al golf justo a unos pocos metros del Campo Municipal de Golf ya existente y muy cerca de los barracones donde a estas alturas la Junta de Andalucía sigue educando a los hijos de los almerienses que viven en esa zona. Rivalizará el verde del green de esta escuela con el del césped de los parques por donde corren (previa autorización firmada de sus progenitores para descargar así de responsabilidades a la Junta) los niños que no pueden ir al gimnasio porque la Junta no tiene dinero para hacer allí un Instituto digno. Y qué alegría más grande para las madres almerienses que tienen que parir apretujadas en Torrecárdenas saber que, cuando crezcan, sus hijos podrán aprender a jugar al golf en condiciones. Qué más da que el Hospital Materno Infantil que la Junta prometió tener listo para 2011 se haya quedado en una primera y única piedra, si dentro de poco podremos decir que Almería, además de ser la única capital de España que ha tenido su Ayuntamiento en ruinas durante una década porque la Junta no tenía dinero para rehabilitarlo, cuenta por fin con su deseado centro público de aprendizaje de este agradable deporte. Así que olvidemos el 99,9% de incumplimiento que supone esa primera piedra y felicitemos a la Junta por demostrar que, además de promover el romance entre la senectud espectadora de Canal Sur, ha sido capaz de democratizar un deporte para pijos creando una escuela pública de golf en Almería. Ya podemos dormir tranquilos.