El debate celebrado en la noche del lunes en el grupo Atresmedia, con la participación de Soraya Sáenz de Santamaría (PP), Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias (Podemos), ha sido la emisión más vista del año en televisión. Lo vieron más de nueve millones de espectadores, que fueron más de diez en el llamado ‘Minuto de oro’, a las 22:39.
Tal vez porque los intervinientes supieron prever el enorme impacto que iba a tener el programa, la preparación del mismo, por cada uno de ellos, fue tan concienzuda que apenas dejó espacio para el error o el gazapo. Pablo Iglesias, el dirigente de Podemos, está siendo aclamado como el gran vencedor de la noche. Posiblemente lo fue. Yo creo que en realidad ganaron los cuatro. Es más, creo que ganaron los cinco. El quinto es, obviamente, Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno es un buen parlamentario, debate bien, pero, en aquel ambiente, tal vez hubieran sido más los puntos negativos cosechados que los positivos. Por eso es por lo que creo que las críticas recibidas por su ausencia no superan a las posibles consecuencias que hubiera podido haber tenido su presencia. Es una opinión.
Errores hubo pocos, ya digo, pero Pablo Iglesias cometió uno que resulta inexplicable. Fue en el momento en el que se trataba el ‘problema catalán’. Podemos considera que no hay que tener miedo a celebrar un referéndum en Cataluña, y para reafirmar esa valentía política, Iglesias se remontó al año 1977, donde “en Andalucía se celebró un referéndum de autodeterminación”. “En el 1977, Andalucía decidió que como Andalucía querían estar en España y esto es un ejemplo para nosotros frente al inmovilismo”, afirmó.
Tremendo error, Pablo. En 1977 en Andalucía no se celebró ningún referéndum. Hubo, eso sí, masivas manifestaciones en las ocho provincias a favor de una autonomía política de primera que, inicialmente, solo estaba prevista para Cataluña, el País Vasco y Galicia.
El referéndum andaluz al que se refiere el politólogo de profesión no fue de autodeterminación y se celebró el 28 de febrero de 1980. Fue el referéndum de ratificación de la iniciativa autonómica por la vía del artículo 151 de la Constitución. Una iniciativa que, como recordamos con tristeza, fue ratificada en todas las provincias andaluzas, excepto Almería, donde no se obtuvo la exigible mayoría absoluta de los electores.
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