En marzo, otra vez elecciones

Emilio Ruiz
01:00 • 22 dic. 2015
No es por fardar, pero a los amigos de las hemerotecas les sugiero que vuelva a leer mi artículo en este periódico del pasado 11 de noviembre o que inserten en el navegador de su ordenador esta entrada: http://www.lavozdealmeria.es/Noticias/94991/9/El-candidato-David-Bravo. “No hace falta ser un experto en estudios demoscópicos –escribí- para asegurar que se puede dar por hecho que tienen plaza asegurada en la cámara baja Sonia Ferrer Tesoro y Juan Jiménez Tortosa, del Partido Socialista, y Rafael Hernando y Juan José Matarí, del Partido Popular. Para los otros dos escaños hay cuatro candidatos con opciones: Isabel Arévalo (PSOE), Eloísa Cabrera (PP), Diego Clemente (C’s) y David Bravo (Podemos)”. El acierto ha sido pleno. ¿En qué encuesta me basaba? En ninguna. En la intuición, en el olfato. Pues recurro al mismo medio para ofrecer un nuevo pronóstico, que no un deseo: en marzo, los electores españoles volveremos a tener una cita con las urnas para elegir a nuestros representantes en el Congreso de los Diputados. Es lo que hemos querido el domingo. La “situación endiablada”, que dice Pedro M. de la Cruz, que nos hemos otorgado no deja lugar a otra alternativa. Porque no seamos ingenuos: el PSOE nunca va a facilitar un Gobierno del PP y nunca el PSOE va a formar una alternativa de Gobierno juntándose con partidos tan variopintos como Podemos y Ezquerra, que hacen de la unidad de España una cuestión banal. Dentro de unos días comenzará el ritual: llamada a consulta del rey Felipe VI a los diferentes líderes políticos para pedirles un nombre al que proponer como presidente del Gobierno, elección de Rajoy para tal menester, rechazo en el Congreso a su pretensión, incapacidad de éste para llevar a cabo el encargo, mismo propósito con Pedro Sánchez, misma respuesta… Y en marzo, ¡zasca!, elecciones. Si éste mi pronóstico se cumple, que se cumplirá, al menos dos meses el sevillano David Bravo habrá sido diputado por Almería. Nunca ningún candidato como él ha hecho menos mérito para salir elegido diputado. Su campaña se ha reducido a un hola y adiós. Tanta pereza ni siquiera le ha dejado espacio para venir a Almería a compartir la alegría de su elección con sus compañeros de la provincia. La indiferencia a veces deriva en desprecio, y a la actitud de David Bravo con los almerienses no sabe uno si tomarla como un desprecio o como una irresponsabilidad.






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