Javier Pajarón
01:00 • 22 dic. 2015
Los candidatos de Podemos Almería, la mayoría novatos en el noble arte de la representación pública, la urna y el papel, participaron la noche electoral en un curso acelerado sobre su camino en la próxima legislatura. Cuatro horas de escrutinio, pegados a la pantalla del ordenador y al ingenioso pactódromo de una televisión privada, convalidan a candidatos, militantes y simpatizantes de la formación por una asignatura de estadística, sociología o ciencias políticas. O todas a la vez.
A la medianoche una treintena de personas congregadas en la Oficina Parlamentaria de Podemos en Almería habían pasado a toda velocidad por la ilusión del apoyo en las mesas electorales, la esperanza del cambio, el nerviosismo de los primeros datos, la amargura del fallido “asalto a los cielos”, la decepción del dato provincial, el advenimiento vitaminado del ‘diputado Bravo’ y, finalmente, los aplausos al mensaje optimista de Pablo Iglesias desde un escenario en Madrid. De Podemos a Podremos.
Las altas expectativas de los podemitas, dicho sin acritud, convirtieron una noche objetivamente histórica, para el país y para una formación nueva, en un trago amargo. Como ese chupito navideño que no te gusta, pero que consideras irrechazable en pro de la exaltación de la amistad o la unidad familiar. (¿Y nacional?) Casi un mal necesario.
El partido ‘aprendió’ en el curso de la noche electoral que 69 escaños dan para influir mucho en la política española, que cinco millones de votos son una mochila demasiado pesada para perderse en la oscuridad de la decepción y que la aritmética del arco parlamentario va a necesitar de muchos dedos para teclear la calculadora. Y para señalar.
Por eso, aunque pocos ocultaban en la oficina su malestar por un resultado insuficiente para quien esperaba la victoria y quedó tercero, la noche se cerró con aplausos a Iglesias, a la candidata a senadora Mónica Fernández y al “sí se puede”, que ya tiene más de deidad antropomorfica que de lema electoral.
Si otro espíritu, el de las Elecciones Anticipadas, opta por no aparecerse en las sedes de los partidos políticos y la legislatura avanza, parece que Podemos Almería tendrá que sacar los apuntes y aplicar lo aprendido. Amplificar las enseñanzas de cuatro horas en cuatro años. Y quizás en un sentido inverso al temario. Empezar por los aplausos, pasar por el duro trago de oposición, la desazón de la trinchera, y finalmente volver a pisar el terreno de la ilusión y la esperanza.
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