En La Mojonera, Cara y el PP volverán a la alcaldía de la mano del PSOE

Juan Torrijos
23:25 • 29 dic. 2015
El hombre que denunció a Pepe Cara, que llevó a los tribunales al alcalde del PP, el socialista Francisco Navarro, va a devolver la alcaldía a su antiguo rival político. ¿El mundo político al revés? No. Yo diría que es la falta de habilidad por parte del actual alcalde, José Miguel Hernández, para con el hombre que con su abstención le permitió conseguir la alcaldía. José Miguel se habrá dado cuenta de que no vale con tener más votos, hay que saber usarlos cuando no se tiene la mayoría absoluta, y él no la tiene. A lo largo de estos meses algo le ha tenido que pedir el señor Navarro a lo que él se ha negado. No me extraña que lo solicitado no fuera todo lo legal, correcto y transparente como para presentarlo en sociedad. Dicen los hoy amigos del alma y de ayuntamiento que en estos seis meses no se ha podido llegar a acuerdos con el alcalde. Lo mismo es que el alcalde es un hombre que se viste por los pies y no ha permitido componendas. También es posible que estemos ante un hombre que no ha sabido moverse entre las arenas movedizas en que se convierte la política. Lo que se evidencia ante la historia que se vive en el Ayuntamiento de La Mojonera es que estamos ante un alcalde honrado o tonto. Honrado porque no permite que le manipule el solitario pero importante voto del socialista Francisco Navarro, tonto porque no ha sabido llevarse a su terreno a ese voto que en su momento llevó ante la justicia a Pepe Cara y que hoy le va a aupar de nuevo a la alcaldía del pueblo. ¿Qué se impone? Que el señor Hernández nos cuente las ocultas y esotéricas historias que se han vivido en estos meses entre él y el edil del PSOE, que han debido ser de aurora boreal. Si se ha mantenido usted firme ante las demandas que le ha hecho, si prefiere honra sin barcos, estará demostrando que el pueblo de La Mojonera no se equivocó cuando le votó mayoritariamente, que puede perder la alcaldía el próximo día cuatro, pero quedará claro que usted sí defendía la voluntad de sus vecinos, que a usted no le importa el sillón, que prefiere perder el barco antes que su honradez. La historia vivida en el ayuntamiento en estos meses está todavía sin contar. Nos dicen que se hará en el pleno de la moción. Creo que se equivoca el señor alcalde, la debería haber contado ya, para mañana será tarde, habrá perdido la alcaldía.






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