Gonzalo y el Museo de la Agricultura

Creo que es la primera vez que este espacio semanal es ocupado por ideas y propuestas trasmitidas por la generosidad de un lector. 
Las líneas que siguen a continuación son el contenido de un e mail que me envió el escritor y arquitecto Gonzalo Hernández Guarch el pasado martes. Su idea me parece tan interesante, por innovadora y por su visión de futuro, que cedo mi espacio a su argumentada propuesta. Escribió  Víctor Hugo que no hay nada más potente que una idea a la que ha llegado su momento. Creo que estamos ante esa idea y ese momento. Almería es una de las capitales mundiales de la agricultura del presente y podría ser la capital mundial en un futuro no lejano si seguimos haciendo cosas y, además, haciéndolas bien y mejor. Hay que continuar innovando, emprendiendo, aprendiendo, caminando hacia el mañana sabiendo que estamos en el hoy y sin perder la perspectiva del ayer del que venimos. Almería es escenario perfecto para poner en valor lo que fue la agricultura, lo que es y lo que, necesariamente, va a ser. Gonzalo Hernández Guarch lo explica con un relato tan certero que no precisa de acotación alguna. Esta es su idea y su argumento.
Querido Pedro: En su día comentamos la posibilidad de que Almería albergara una Feria Mundial Agrícola. Luego la realidad se impuso, las circunstancias cambiaron, y eso de momento es algo utópico o lejano.
Sin embargo creo que esta provincia podría albergar un gran Museo Internacional de la Historia de la Agricultura, ¿el MIHA? en el que se podría mostrar la evolución agrícola desde el paleolítico hasta ahora, las artes agrícolas y sus artefactos, herramientas de todo tipo, sistemas de riego, acequias, pozos, norias, sistemas de optimización del riego, etc. hasta la revolución genética y culminar con el futuro. Debería albergar una exposición de los sistemas de cultivo en los distintos países, y un centro de investigación aplicada referido a las posibilidades y optimización agrícola, además de un gran jardín-parque botánico- huerto experimental, de las distintas zonas climáticas, incluso un prototipo de cómo se cultivaría en otros planetas (agricultura con microgravedad o en ausencia de gravedad, etc.) 
Y por supuesto un centro de restauración y enseñanza dedicado a la gastronomía como nueva cultura de ocio y tradición, en la que se mostraran las posibilidades de los distintos alimentos vegetales y como optimizarlos, económica, dietética, y lúdicamente para sacarles todo el partido además de disfrutar de ellos. 
Naturalmente para conseguir el mejor centro se debería convocar un concurso internacional de arquitectos-ingenieros agrónomos -montes, que diseñaran un centro espectacular en si mismo, probablemente en el entorno del Parque Natural del Cabo de Gata, un lugar cercano a la capital, al aeropuerto, a las mejores playas, y a un resort turístico anexo especializado para albergar a parte de los visitantes.  
Tengo la convicción de que podría servir como importante referencia de la provincia en el mundo, además de tener una gran utilidad científica divulgativa, de atracción de personalidades relacionadas con el tema, congresos agrícolas y relacionados, agua, residuos, abonos, genética, empaquetado y presentación, comercialización, posibilidades de todo tipo.
Son tantas las posibilidades, que lo primero que habría que hacer en su caso, sería completar el organigrama funcional y la viabilidad de un complejo de este tipo. Ya se hizo algo de ello en EPCOT, en Orlando, Florida, que visité hace casi cuarenta años, pero aquí se debería enfocar de otra manera mucho más abierta y polivalente, centrando las ideas.
Almería merece tener este importante centro, que por otra parte está totalmente relacionado con su recorrido del último medio siglo. Significaría además un importante impulso provincial y regional. vTendríamos que ser los primeros en poner la idea en marcha. 
Siempre te he tenido por alguien mucho más que un periodista, haciendo honor a una profesión tan absorbente. 
Un feliz 2016 en todos los sentidos.
Esta es la idea de Gonzalo. Medítenla. Tal vez lleguemos a la conclusión de que si nuestros invernaderos se pueden ver desde el espacio, también hay espacio para que nuestra agricultura pueda ser admirada desde la tierra. A veces las ideas más geniales están en la puerta de casa esperando que alguien las encuentre.