Todo listo para repetir el 2015 en el 16

Desde las primeras elecciones democráticas de junio de 1977, el partido más votado, el que finalmente gobernaría, obtuvo siempre más de 163 dip

Manuel Campo Vidal
01:00 • 03 ene. 2016

Nos debió gustar tanto el año 2015 que todo indica que hemos decidido repetirlo. Como resultaron tan emocionantes unas elecciones con cuatro partidos con opciones de gobernar en vez de los dos tradicionales, repetiremos la votación y dedicaremos la primera mitad de 2016 a resolver -o quizás tampoco- lo que dejamos sin solución a finales del 2015: cómo formar en España un gobierno mínimamente estable. Entretanto en Cataluña, con la obsesión por batir marcas, se preparan las cuartas elecciones autonómicas en seis años porque, aunque la CUP decidiera no repetirlas en marzo, la inestabilidad que viene se hará insoportable. También los catalanes no se resignan a que el 2015 pase a la historia y quieren repetirlo en el 2016.
Lo que ya no es tan seguro es que se repita la leve recuperación económica de la que daban cuenta variadas exaltaciones macroeconómicas, aunque persistieran rasgos de crisis en la microeconomía. Con todo, estas fiestas hubo más coches en las carreteras, más ventas en las grandes superficies y alguna alegria familiar recuperada, en aquellos hogares que pueden permitírselo. Siete años de recesión grave han dejado un pais profundamente desigual por lo que más que nunca, como decía Baudelaire, “todas las generalizaciones son falsas. Incluida la presente.” Pero la incertidumbre política pesará en las certezas económicas y no es un secreto que el capital más timorato espera para entrar en España a que todo se aclare. E incluso hay quien opta por salir. Conocemos algún testimonio que así lo confirma.


Elecciones Desde el 20-D hasta aquí hemos especulado con que alguna combinación alejara el fantasma de la repetición electoral pero con una base parlamentaria de partida tan exigua, es casi imposible evitarlo. Desde las primeras elecciones democráticas de junio de 1977, el partido más votado, el que finalmente gobernaría, obtuvo siempre más de 163 diputados, Suarez dos veces, Felipe Gonzalez cuatro, Aznar dos, Zapatero dos y Rajoy una. Once votaciones con cuatro mayorías absolutas: dos de Felipe, una de Aznar y otra de Rajoy. Desde los 163 diputados como mínimo, había que buscar una docena, o docena larga, de diputados aliados. Pero es que ahora se necesitan al menos 54 de complemento. Los 40 de Ciudadanos no son suficientes y sin el concurso del PSOE, Rajoy no gobernará. Cabría otra mayoría, la del PSOE con Podemos y nacionalistas -lo que los comentaristas conservadores ya han bautizado como “el Frente Popular”- pero por más que se empeñe la ejecutiva socialista de Pedro Sanchez esa posibilidad se aleja: ni la desea Podemos, ni tampoco la mitad del PSOE. Los de Pablo Iglesias quieren urnas de nuevo para comerse el electorado de Izquierda Unida y la mitad del PSOE las desea porque quiere presentar otro candidato. Solo Albert Rivera empuja para empezar la legislatura, acaso temeroso de que en los nuevos comicios parte de su electorado haga voto útil sobre el PP. Mientras, Rafael Hernando, portavoz popular, asegura que “hay mimbres para un acuerdo PP-Ciudadanos-PSOE”. Ya lo contará.
Tendría que agravarse la crisis por el desafío independentista en Cataluña para que el PSOE aceptara apoyar, o simplemente permitir, un gobierno del PP. Y cualquier sondeo sobre si aceptarían abstenerse en el caso de que Rajoy no fuera el candidato popular, también resulta negativo. A repetir el año 2015 pues, con dos incógnitas: si Pedro Sanchez y Rajoy seguirán siendo cabeza de cartel en esta eventual segunda vuelta no prevista en la ley como tal, pero posible por imposición aritmética.
Entretanto, lo que se advierte es un apasionamiento por la situación política en las conversaciones cotidianas como no recuerda desde la Transición. No ha habido reunión familiar en estas fiestas sin debate sobre la incertidumbre en el panorama. Ni conversación laboral, o simplemente cotidiana, que no empiece o termine por lo mismo. Los que por alguna razón puedan tener alguna proximidad con la política, la empresa o el periodismo, son intensamente interrogados sobre lo mismo: “¿Cómo va a terminar esto?”. De momento todo parece indicar que repitiendo el año 2015 sobre el 16 hasta donde sea posible. Después, Dios dirá.







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