Cuan cierto es que la derecha aunque pase el tiempo y estemos ya más de treinta años en democracia, no olvida sus arriscados prejuicios ancestrales. Para el partido conservador la izquierda es el hambre, las legañas y los piojos. Ni los colegios concertados inspirados la mayoría de ellos en el evangelio y en la doctrina cristiana, les quita el resquemor clasista.
Vean este ejemplo, uno más entre un batallón. La popular Celia Villalobos, que yo la tenía como un verso suelto del PP por sus declaraciones extrapartido sobre la mujer, ha dicho estas palabras sobre la izquierda que no se lava: “ A mí que un diputado de Podemos, o que fuera del PP o de donde fuera, lleve rastas, pues yo tengo sobrinos y familiares y chavales que llevan rastas; a mí con que las lleven limpias para que no me peguen un piojo, me parece perfecto”. La réplica ha sido la de Manuel Ardanuy, miembro de Podemos, que ha dicho: “Ojalá el partido de Celia Villalobos estuviera la mitad de limpio como mis rastas”. Y por esa ladera interpretativa, las palabras de Iñigo Errejón: “ Lo que lastra la higiene de un grupo parlamentario es la corrupción”. O sea que si asociamos: el fango y el mangoneo (fácil metáfora para un aprendiz de escritor) a los piojos y al abandono de la higiene corporal, el PP sería con ventaja, entre todos los partidos de la democracia española, el más piojoso. Basta ver lo que hicieron con el dinero de Bankia, y con la escandalera de Valencia, Castellón, Alicante, Madrid, Baleares etc.. Mientras unos metían sin ningún escrúpulo la mano en la caja, otros ya desde el poder, restituían el robo con dinero público., Y aún presumen de limpios.
El problema ya no son las rastas ni las formas de vida que pese a todo va trayendo la modernidad, Lo grave es el imperio inalterable de la caspa por los siglos de los siglos. Franco llamaba a las gentes de izquierda “la vil canalla”.
En este plan era natural que no había que cambiar nada. Y es lo que predica ahora mismo la derecha: Si resulta que viene otro Gobierno que no es PP, se habrá acabado la recuperación, se habrán retirado los mercados europeos que venden elixires contra los piojos, habríamos retrocedido hasta los tiempos del República y no te digo nada si el salario mínimo interprofesional subiera unos cuantos euros de lo normal.
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