Me parece curiosa la facilidad que tenemos para asumir determinadas expresiones en nuestro lenguaje cotidiano, sin reparar en su origen. Son tantas las expresiones, tales como “hacer las cuentas de la lechera” – que igual puede atribuírsele a Pablo Iglesias con las suyas para la gobernabilidad pues “queda mucha tela que cortar” –, “dime con quién andas y te diré quién eres”, “quien mucho abarca poco aprieta”, “coger el rábano por las hojas” o “hacerse el sueco” para la que la RAE no liga su significado a los procedentes de Suecia, si no a la desvirtualización de la palabra latina soccus, que significa tronco de madera, de forma que alguien, cuando se hace el sueco es que hace creer que queda inalterable ante los problemas, como un tronco.
Quizás les ocurrió esto a los dirigentes del PP en Almería y al Gobierno de Rajoy cuando Acuamed ha estado presuntamente inflando los presupuestos de obras para llevarse mordidas; y es que, una de dos, o se hacían el sueco o lo son, porque no han fiscalizado como debieran, lo que no sé qué es peor, porque el hecho es que se han ido consignando partidas en los Presupuestos del Estado para reparar la desaladora del Bajo Almanzora, tras las riadas de 2012, y no se ha llegado a realizar. Es escandaloso, no sólo recibimos un trato diferente respecto a otras zonas en las que Rajoy les ha subvencionado el agua al sector agrario si no que, para colmo, planea la sospecha de que ha habido compensaciones presuntamente indebidas a cargo de las arcas públicas para reparar la desaladora del Bajo Almanzora, no pudiendo amortizar los regantes las inversiones millonarias por estar en desuso. Los almerienses, y en especial los regantes se merecen una explicación del PP almeriense y del Gobierno, por muy en funciones que se encuentre, porque el agua de la desaladora del Bajo Almanzora huele a podrido y ellos son responsables.
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