Almería no existe para Andalucía

El régimen socialista –todos los Presidentes de Andalucía han sido del PSOE- no ha deseado ni intentado integrar Almería en Andalucía. Si Susana Díaz acaba

Fausto Romero-Miura Giménez
20:07 • 25 ene. 2016

Fernando Villalón-Daoíz y Halcón, conde de Miraflores de los Ángeles, sevillano -¡claro!- poeta y ganadero, que murió arruinado en su delirio de criar toros con ojos verdes, que se empecinó en demostrar a su amigo Ignacio Sánchez Mejías –a quien, luego, mató un toro y cantó Federico García Lorca- que los Reyes Magos, en su viaje a Belén, habían pasado antes por Cádiz, y que pidió ser enterrado con su reloj en marcha, escribió una frase para la historia: “el mundo se divide en dos  partes: Sevilla y Cádiz”. 
No se equivocó del todo: Andalucía se limita/confunde  con la Baja Andalucía, atlántica, bética, marismeña. Almería, mediterránea y levantina, quedó excluida, ya, por él; y así sigue hoy. Aunque, para ser sincero, a todos se les adelantaron los Reyes Católicos cuando, exprimida la mora  -que no andaluza- Almería, volvieron la espalda al Mediterráneo y se marcharon a la cristiana Sevilla para convertirla en puerto monopolístico del comercio colonial.
¡Es que Almería está muy lejos, dicen! El reconocido chufla Antonio Burgos, lo resume: “A Almería, la verdad, es que entonces (como ahora) no va nadie... Aunque lo desconocíamos todo (como ahora) del Oriente andaluz”. 
¿Una prueba?
La Vuelta Ciclista a Andalucía, que se corre dentro de unos días, pasa por las  provincias de Huelva, Sevilla, Córdoba, Granada, Cádiz y Málaga. ¿Almería? Ni flowers.
¡Claro!, entendida Andalucía como la definió Villalón y como la ¿gobierna? el régimen socialista –exclusivo de Andalucía: todos los Presidentes han sido del PSOE- instaurado en mayo de 1978 cuando se nombró Presidente del ente preautonómico a Plácido Fernández Viagas, Almería queda extramuros, en la frontera levantina, a 467 kilómetros de la capital de la patria andaluza. En estos casi cuarenta años, el régimen no ha logrado crear un alma andaluza ni acertado  –tampoco consta que lo haya deseado ni intentado- a integrar Almería en Andalucía. ¿Qué ha hecho esa Junta por juntar a Almería?
Llevan gobernando 37 años y ocho meses; Juan Carlos de Borbón ha reinado 38 años y 6 meses, y Franco ejerció el poder, 39 años y 2 meses. Si Susana Díaz acaba su mandato, los supera. 
Andalucía nació, adquirió personalidad jurídica propia, con la promulgación de su Estatuto de Autonomía el 30 de diciembre de 1981. Sin embargo, para Almería, el Sureste sigue siendo su región natural, y, Andalucía, su región administrativa: la cultura es más poderosa que la historia, porque es amor y tradición. Almería es culturalmente mediterránea y sólo políticamente andaluza. ¿Son más homogéneas, en costumbres, acento, cultura, folclore, paisaje, luz, mar, Jerez y Almería o, por el contrario, hay más homogeneidad entre Almería y las mediterráneas Murcia y Alicante, por ejemplo? Y, además, ¿qué nos une con Sevilla?
En Andalucía son muy retóricos y epopéyicos y épicos, y nos hacen expiar el pecado de que nuestra voluntad frenase el tipo de autonomía que se votaba el 28 de febrero de 1980  -cuya denostada Ley de Referéndum no fue sólo de UCD, sino también de PSOE y Convergencia, ¡sí, la Convergencia catalana!- en el que sobre un censo de 279.300 votantes, votaron sí 118.186 almerienses, es decir, el 42’3%, frente al 55'8% de media andaluza. Y en el segundo, de 20 de octubre de 1981, convocado con manifiesta violación de la Constitución –como se ha reconocido-, que sólo exigía  el 50% de toda Andalucía,  Almería, tras más de año y medio de reflexión, sólo votó sí el 38’3% del censo, frente al 53'4% de media andaluza. Un 4% menos, 8.760 almerienses menos que el 28-F.
Los políticos confundieron Andalucía con el Campeonato Nacional de Liga, y crearon andaluces de primera, de segunda y de tercera. Y así seguimos.
¿Memorial de agravios? Sobra, sería casi una enciclopedia: ¿tiene Almería los mismos servicios que Sevilla; está Almería marginada; podemos ejercer los mismos derechos los almerienses que el resto de quienes legalmente son andaluces? Son datos estadísticos publicados. Todos conocemos loa agravios y se traducen en una traba permanente al desarrollo, que nuestros empresarios tratan de vencer volcándose cada día más hacia Murcia e iniciando –ahora que la apertura de la autovía lo permite- una mayor unión con Málaga, la rebelde, y solicitando un trato fiscal de isla, como si fuéramos las Baleares o las Canarias…
Si se consuma la locura y se reforma la Constitución, ¿será posible que volvamos a ser nosotros, la “Puerta de Oriente y llave de toda riqueza” que fuimos hasta que los Reyes Católicos pusieron sus ojos en Sevilla para forrarse con el atlántico oro de las Indias, rompiendo, así, cualquier lazo que pudiera existir entre Almería -Mediterráneo- y Sevilla -Atlántico-, entre el Sureste y Suroeste de España?


Pedro Sánchez, groggy
Ha chuleado a Rajoy, ninguneándolo y conminándole a ir a la investidura o a marcharse; y Pablo Iglesias lo ha chuleado y humillado a él imponiéndose como Vicepresidente de su gobierno, y exigiendo los Ministerios de Economía, Interior y Defensa, y otro para IU.
Y Rajoy ha chuleado a los dos, a la espera, entre otras cosas, del Comité Federal del PSOE del día 30: a más de todo, ¿acatarán los barones la humillación de que Iglesias  les haga el Gobierno?
Pedro Sánchez, tan chulo, puede morir chuleado.


El horario del cementerio
El jueves, mi madre hubiese cumplido 91 años. Fui al cementerio a hablar un rato con ella, sobre todo, a contarle las travesuras de su bisnieto; hubiesen sido felices los dos.
Y volví a comprobar que, a los muertos y sus familiares, nos han puesto horario de oficina: de 9 a 13 y de 16 a 18, que imposibilita la visita a quienes trabajan en horario comercial: el Ayuntamiento –o su concesionaria- le ha puesto horario a los sentimientos. Los muertos, no importan: ¡no votan! El Ayuntamiento tiene el alma muerta.




Imposible ser ciudadano cívico
Se nos exhorta a ser ciudadanos cívicos, a mantener limpia la ciudad, y, a tal fin, el Ayuntamiento ha colocado muchas papeleras, con la silueta de la alcazaba cincelada, que en la parte superior tienen una rejilla para apagar los cigarros y depositar las colillas. ¿El problema? Pues que debajo de esa rejilla no hay un recipiente que recoja el fuego ni la colilla con lo que van a parar directamente a la bolsa de plástico de la basura: el ciudadano, que quiere ser ejemplar, se convierte, así, en pirómano.


 




 





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