Las buenas cifras del empleo

Soy el primero que se alegra por el descenso del paro . Tanto en la familia como más allá de ella, el atroz problema me conmovió siempre. El PP acorralado por la corrupción saca pecho ante los excelentes números de este mes . Es natural. No obstante, un mínimo de honradez intelectual debería contener su entusiasmo porque no todo es mérito de sus reformas. Para entender hoy cualquier fenómeno, ya sea político, económico o sociocultural, hay que tener en cuenta lo que ocurre más allá de nuestras fronteras. A juicio de bastantes politólogos y economistas bien informados, la bajada del petróleo y el abaratamiento del dinero estarían en la base del  crecimiento del empleo . 
La mano del PP ha tenido su protagonismo, no cabe duda, pero no siempre su acción fue positiva al menos por lo que hace al trabajo. No se olvide que tanto en Europa como en España., la que lleva la batuta es la derecha y es de cajón que prime al capital.¿ Acaso es un avance laboral el despido libre, el recorte de salarios, los contratos de solo varios días, la ley mordaza, la ley Wert, el cierre de empresas, los desahucios y el pillaje generalizado de la corrupción? Bien pueden darse por contentos los llamados emprendedores. Aunque el mundo laboral no sea por el momento una idílica Arcadia, la política del PP ha puesto a huevo a los capitalistas la mejor manera de hacer dinero. Por eso temen un posible cambio de Gobierno que mire más compasivamente para los trabajadores. Es casi seguro que durante las semanas que siguen, el partido popular con toda su tropa de tertulianos y de monaguillos expertos en el manejo del incensario, cantarán sin reservas las alabanzas de Rajoy. Sin embargo malamente podrán acallar el griterío que sube del pueblo pidiendo que desaparezca de la Moncloa. Sin entrar en los juicios que están pendientes ( Gúrtel, contabilidad B, papeles de Barcenas , Bankia, Acuamed etc) resulta patética la situación del Presidente en funciones. Como si fuera un apestado , nadie quiere pactar con él a pesar de necesitar de los otros para subsistir. Ni siquiera tiene el “nihil obstat” de Ciudadanos, un partido de centroderecha que parece la última bala del gran capital para seguir tirando.