Metástasis

Entre un sonado correo a Bárcenas (“ Sé fuerte, Luis”) y un triunfalista saludo de solidaridad con Alfonso Rus (“Yo también te quiero, coño”) se desliza la amarga situación del Presidente Mariano Rajoy. Y más últimamente cuando la corrupción de su partido se ha extendido sobre el país como un cáncer imparable. 
Hay quien dice que Rajoy es un político muerto. Nosotros no nos atrevemos a tanto. Vamos a esperar a ver lo que pasa dentro de unos días. Al parecer, el mismo Partido Popular presiona al Rey para que no ofrezca la investidura a Rajoy. 
Los buenos datos de lo que él llama la recuperación, servían de compresa aliviadora para hacer olvidar el saqueo, pero los últimos escándalos valencianos rompen ya toda contención y medida. La España actual se empareja en podredumbre con las repúblicas más sucias del planeta como Gambia, Mali, y GuInea Bisáu Y esto no puede ser obra de cuatro golfos, sino de la complicidad del poder político en concubinato con la economía... Menos mal que la justicia está salvando la democracia, de lo contrario tendríamos que emigrar a otra parte del globo. De la poca vergüenza, de la claudicación de los principios morales que no pocos imputados aprendieron en colegios privados, más vale correr un tupido velo. 
La presunta financiación ilegal del partido, la contabilidad B, el hecho insólito de que sea el PP el que aparezca como imputado ya pasa de castaño oscuro. La corrupción nos ha hecho mucho daño , repiten ahora los publicistas de la causa. 
Veremos cuándo conocemos en toda su dimensión el mal que hizo el Partido Popular al pueblo español porque para ellos en estos cuatro años transcurridos solo había un culpable de lo que estaba sucediendo: José Luis Rodríguez Zapatero. ¿Qué ha pasado para que el mismo Albert Rivera , secretario general de Ciudadanos , diga que Rajoy nunca podrá arreglar el país si primero no arregla su casa? La ciudadanía pide cambio, eso aparece claro en los resultados del 20 D. 
A los partidos de izquierda se les podrá acusar de que no se entienden, de que son como el Coco que asusta al niño antes de dormirse, pero al menos quieren cambiar las cosas, creen firmemente en un Gobierno de progreso.