La resaca

A partir de ahora, miércoles, 3 de febrero , y a lo largo de las tres semanas que le dan a Sánchez para formar Gobierno en el caso de que sea posible, oiremos de la derecha y afines, lo que no está escrito sobre el progresismo falaz y poco serio. Nos recordarán el caso de Grecia venga o no a cuento. 
Dirán que el Rey ha apostado por un Gobierno de perdedores; el gran capital se mostrará remiso y volátil como hizo casi siempre; Rajoy no se cansará de alabar su proyecto, prodigio de sensatez a la espera de que Sánchez fracase y todos los periódicos del contorno saquen a colación los sabios avisos de los líderes europeos avisando de los males que nos podrían venir con un gobierno de izquierda progresista. 
En el primer mes que el CIS de je de anunciar la bajada del paro, las Casandras histéricas se nos vendrán encima , y dirán: ¿Ven ustedes? Lo dijimos a su debido tiempo. La izquierda es capaz de tropezar diez veces en la misma piedra. Hasta es posible que saquen a colación el leninismo 3.0 adivinado por Felipe González. Comenzará poco a poco la intranquilidad en la calle. Alguien echará de menos la Ley “ mordaza” supuestamente suprimida por Sánchez. Las buenas perspectivas de la recuperación económica, tan aireadas por De Guindos, se habrán apagado por arte de birlibirloque. Hay un fenómeno que se repite siempre. Cuando las cosas no funcionan en un país deberíamos tener en cuenta la inmediata escapada del gran dinero hacia paraísos fiscales. 
No todo es culpa de las autoridades visibles aunque también éstas sean responsables. Si los trabajadores ganaran un poco más, si disminuyeran los desahucios, si hubiera otra reforma laboral con empleos menos precarios, si desapareciera el despido libre, si nuestros jóvenes no emigraran tan desesperadamente, si creciera el interés por la cultura y la investigación, creo que nos podríamos dar por muy contentos respecto al advenimiento de la izquierda al poder. No sé qué podría hacerse con un PP tan universalmente enfangado como el que tenemos. Quitarse de en medio es lo mejor que ha podido hacer Rajoy. Y no diga que es el PSOE el que no ha querido dialogar. Nada se podía hacer con un partido impresentable.