Miles de agricultores protestaban en la calles de Almería

Juan Torrijos
01:00 • 08 feb. 2016

Los sindicatos agrarios Coag y Asaja se manifestaban el pasado día cuatro por las calles de la capital en defensa de unos agricultores que ven cómo campaña caen bajo mínimos sus beneficios. Miles de almerienses, ese mismo día, estaban en Berlín exponiendo ante el mundo la fuerza del sector agrario almeriense. Doce universidades internacionales aseguran que el modelo de nuestra provincia es el más eficiente de todos los que se han estudiado. La cooperativa Casi nos vende que junto al aeropuerto va a abrir el almacén más grande de Europa para la manipulación y venta de tomate. Junto a esa noticia nos anuncia la cooperativa tomatera de la capital que va a invertir treinta millones en fondos operativos. El sindicato Upa, que no se ha unido a la protesta de Coag y Asaja reparte gratis miles de kilos de productos a los ciudadanos. La consejera Carmen Ortiz, almeriense también, nos asegura que los problemas se solventarán con diálogo, confianza y acuerdo. ¿A qué jugada nos apuntamos? ¿A la de los sindicatos, a la de los feriantes, a la de la consejera? No todos pueden tener razón. La verdad no siempre es absoluta, pero a la hora de los precios de los tomates, los pimientos o los pepinos, la única verdad es lo que cobran los agricultores por sus productos. Y en esta campaña, como en las anteriores, la brutal realidad que se ha encontrado el campo es que los precios no han llegado ni a cubrir los costes. Y así no se puede aguantar. En principio parece que tienen razón los sindicatos cuando el día cuatro salían a las calles. La solvencia y la fuerza de nuestra agricultura en el mundo no deben ni puede ser soportada siempre por los bajos precios de los productos y por los beneficios de los agricultores. Y de eso es de lo que se quejan los sindicatos. Y de eso es de lo que se quejan las muchas familias que tienen embargados sus invernaderos o a punto de serlo. Miles de almerienses han estado tres días en Berlín. Necesario, es más, creo que obligatorio el que hayan estado allí, pero ¿Quién ha costeado esos viajes? ¿Sus empresas? Vale. ¿Cómo consiguen esas empresas sus beneficios? Sería lamentable que al final ese costo se les cuelgue también a las espaldas de los agricultores. Y es el lamento de los sindicatos desde hace algunos años. Diálogo, acuerdo y confianza, pero que no paguen siempre los mismos.


 







Temas relacionados

para ti

en destaque