La busqueda del melón almeriense capaz de volver a seducir al cliente

El melón ha sufrido una pérdida significativa de protagonismo en el campo almeriense. ¿Qué tipo de factores pueden devolverle a un lugar privilegiado?

Agricultores almerienses recolectando su cultivo de melón Galia.
Agricultores almerienses recolectando su cultivo de melón Galia.
Marco Rueda
15:38 • 09 jun. 2017

La campaña de cultivos de primavera, cuyos primeros trasplantes se produjeron en el mes de enero, arrojó unos datos que vienen consolidando una clara tendencia durante los últimos años. Ante el aumento de la superficie plantada de sandía en 2017, que creció un 2% con respecto a 2016 hasta llegar a las 8.310 hectáreas en la provincia de Almería según la delegación territorial de Agricultura, la superficie de melón descendió un 8%, alcanzando la irrisoria cifra de 2.340 hectáreas. 




Si despegamos el foco de  para observar lo sucedido en un periodo de tiempo más largo, las conclusiones son dramáticas para la producción ‘melonera’: entre 2010 y 2017, el cultivo de melón en Almería ha pasado de ocupar 6.380 hectáreas a una superficie de menos de 2.5000 ha. Un descenso de más del 60% en menos de diez años que convierte a esta fruta, durante mucho tiempo santo y seña de los cultivos primaverales, en un producto cercano a lo residual. 
Un escenario completamente distinto al que encuentra su 'competidor' en esta época del año, la sandía, que ha emprendido el camino opuesto. Tras haber coqueteado con su desaparición de la planificación de campaña de los agricultores almerienses, esta cucurbitácea se ha convertido en un producto fiable, con buena salida comercial y de gran calidad en las explotaciones bajo abrigo almerienses. Marcas como 'Fashion', 'Premium' o 'Bouquet' son distintivos de sandías de calidad con un gran arraigo en la provincia de Almería. 




Razones  




Cabe preguntarse por las razones que han situado el melón almeriense en una posición tan compleja. Si observamos las tendencias mundiales, el consumo de melón a nivel global no parece haberse retraído. La hipótesis de una escasez de demanda para explicar este fenómeno queda, por lo tanto, descartada. 




La planificación de campaña de los agricultores, que se debaten entre hacer dos cultivos o cultivar un producto de 'invierno' con un ciclo largo, puede explicar de manera parcial la pérdida de superficie por parte del melón. Manuel Ruiz, coordinador de desarrollo y promoción de HM Clause, explica que "si los agricultores observan que un producto tiene buenos precios durante el primer tramo de la campaña, por lo general optan por hacer un ciclo largo. Esto es cada vez más evidente en el caso del pimiento". 




La entrada de melón procedente de otras regiones geográficas, que compite en el mercado en las mismas fechas que el producto almeriense, es también un handicap para la comercialización de este fruto. Un producto cuyo precio puede ser muy competitivo en el mercado europeo, pero que además cumple con los parámetros de calidad y sabor que exige el consumidor continental. 




Ninguna de estas características son sin embargo ajenas a la sandía, el principal producto de verano que se cultiva en Almería junto con el melón, que bajo las mismas circunstancias está aumentando su superficie cultivada cada año. Gran parte de esta tendencia se debe al éxito de sandía Fashion, la punta de lanza de un conjunto de proyectos que combinan un producto de gran calidad con una buena campaña de marketing dirigida tanto a la distribución como al consumidor de este producto estival.  




El caso de Fashion es paradigmático; un grupo de empresas comercializadoras, hartas del deterioro que había sufrido la producción de sandía bajo plástico, se unieron junto a Nunhems, la división de mejora vegetal de Bayer, para crear un producto de alta calidad que respondiese a las demandas de los consumidores. Aunque el proceso de implantación de la marca y unificación de criterios fue largo, a día de hoy la sandía Fashion lidera el mercado en el segmento de las sandías sin pepitas. 


Calidad   


¿Es posible que se de un caso de éxito similar en Almería también en melón? Las casas de semillas, en su rol de investigación y desarrollo de nuevas variedades, juegan un papel esencial a la hora de configurar un producto atractivo para el público. Manuel Ruiz, coordinador de promoción y desarrollo en HM Clause Ibérica, señala que se deban dar las condiciones que aúnen una variedad apta para el clima almeriense, atractiva y sabrosa, y que además llegue a los mercados de destino sin perder sus cualidades. La calidad es, precisamente, el eje dominante del discurso de Alberto Cuadrado, coordinador de la cadena agroalimentaria de Rijk Zwaan, que reconoce que la tendencia para la mejora varietal “sigue centrada en ofrecer al consumidor un producto de más calidad: tanto en sabor como sobre el resto de los factores involucrados en la parte sensorial del producto”. 


Bajo unas premisas parecidas,hace más de veinte años se puso en marcha un proyecto colectivo que integraba tanto a casas de semillas como a empresas comercializadoras en torno a una misma variedad de melón con carácter comercial. Curiosamente, la empresa de semillas fue la misma Nunhems. El proyecto  con esta variedad llamada Novanun integró a nueve cooperativas almerienses que vendían este melón cantaloup con la misma marca. Juan Segura, el presidente de Coprohnijar, una de las cooperativas que participaron en el proyecto, reconoce que el primer año fue excelente, pero pronto las cosas se torcieron. “El proyecto no termino de salir bien por la negligencia de alguno de los integrantes del proyecto. El primer año se hicieron las cosas bien y el mercado lo reconoció, pero después hubo empresas que se salieron de la línea de calidad establecida”, asegura el presidente de Coprohnijar. El proyecto Novanun duró cerca de tres años y dejó una lección sobre la mesa que nos recuerda Juan Segura: “hay que respetar siempre los estándares de calidad en los cultivos de primavera”.



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