Fruit Logistica estará marcada por el signo de la invasión rusa de Ucrania

La próxima cita de Fruit Logistica se va a celebrar en medio de un conflicto europeo sin precedentes, con independencia de que hayan concluidos las acciones bélicas como todo el mundo espera en el continente. Es difícil saber las consecuencias de esta crisis descomunal, pese a que solo queda un mes para que comience la feria berlinesa.

Solo está claro que no habrá representantes rusos ni entre los expositores ni entre los visitantes profesionales.

Ucrania

Respecto a Ucrania, las dificultades pueden ser extremas para que este país repita la participación que protagonizó en la última cita presencial, que fue la de 2020. Ese año, cerca de treinta empresas ucranianas participaron en Fruit Logistica.  La mayoría de estas firmas estuvieron agrupadas en dos stands, dedicados a la exportación de frutas y verduras con un claro predominio de las manzanas y las bayas. Esta presencia contaba con el apoyo de la ONU y la Organización mundial del Comercio, a través de una institución pública ucraniana (Centro de Comercio Internacional), que este año seguramente tendrá serias dificultades para volver a apoyar al sector hortofrutícola de su país. Este Centro ha recibido el apoyo de la UE para desarrollar proyectos que permitan a las empresas hortofrutícolas de Ucrania mantener contacto comercial con países comunitarios. En concreto, cabe citar el programa Ready to Trade, financiado por la Unión Europea como parte de la iniciativa EU4Business.  Así mismo, Suecia ha sido uno de los países que han venido colaborando con la proyección comercial de la agricultura ucraniana.

 La feria berlinesa, que se celebra del 5 al 7 de abril deberá recoger, en buena medida, el rechazo casi unánime de la comunidad internacional y de las organizaciones más importantes a la agresión rusa contra Ucrania. El negocio hortofrutícola global es, ante todo, una poderosa máquina económica y tecnológica. Pero también es el reflejo de un actividad productiva que no se entiende sin la imprescindible dimensión humana que la ha hecho posible desde el origen de la civilización.  Y, la guerra es siempre la negación de la civilización.