Un agricultor de 100 años dice por qué hay que defender el agro almeriense

Antonio en realidad se llama Manuel Antonio solo que el día del registro, su comadre, las madrinas entonces elegían el nombre del chiquillo, gustó llamarlo Antonio y así se ha quedado, aclara él. Ha dedicado toda su vida al campo, primero trabajaba el cultivo de secano en Adra y en los sesenta vino con su familia hasta Roquetas en busca de una vida más próspera. “¿Dónde vais a criar aliños de cazuela?”, decía la madre de Antonio cuando los veía partir.

La Guerra Civil española estalló cuando él tenía 12 años, interrumpió sus estudios y encarceló a su padre, José, durante tres años porque era maestro y daba clases por los cortijos. “Cuando lo soltaron dijo el juez que tanto daño habían querido hacerle que no habían sabido”, recuerda Antonio que cada día recorría 32km a pie o en burro para llevar la comida a su padre preso.

Uno de los hermanos de Antonio pasó siete años en un campo de concentración después de la guerra. Cuando regresó su novia ya se había casado con otro y él decidió quedarse soltero y vivió hasta su muerte en Adra en el cortijo donde se había criado.

¿Cómo afectó el conflicto a su vida?

Aquella guerra nunca debería haber pasado porque fue una sublevación contra el gobierno legítimo. Estaba todo prohibido, no podrían ir dos personas juntas por la calle. Las bombas no nos han caído encima, pero por lo demás hemos pasado mucho. He visto a gente morir de hambre porque no comían más que hierbas.

En los tiempos de guerra no hubo maestros, rodaban por el campo y por toda apartes dando lecciones. Recogieron el título a todo el mundo, a los abogados, los jueces a todo el mundo, luego los devolvió.

Un día estábamos comiendo en mi casa sin pan y teníamos trigo, mi padre todavía estaba en la cárcel. Arreglé los animales y a la postura del sol salí, tenía que recorrer más de 30km, cuando llegué el molinero me dijo que no se podía moler, que tenía que esperar hasta las tres de la mañana a que todos estuvieran durmiendo.

Terminé de moler, cargué y por el camino me pararon los civiles, tuve que ideármelas para que no se llevaran el trigo porque ellos ganaban poco y estaban esmayados. Les dije que había molido morunas para que comieran los marranillos. El otro guardia civil dijo que su madre también lo hacía así y me salió la jugada redonda.

¿Cómo se ganaba la vida en Adra?

Cosechaba cereales para los animales, almendraras, higos, estaba bien porque tenía riego. Pero en esos tiempos me tuve que ir a los Pirineos a trabajar por temporadas durante 3 años porque en Andalucía no había trabajo, dormía en barracones en literas. Aquel trabajo ayudaba a vivir durante el resto del año.

¿Cuándo llegó a Roquetas?

Vine a Roquetas en el año 1964 para que mis hijos prosperaran y fíjate sino han salido bien.

Al principio era medianero, llevaba una obra de tierra con otros agricultor. De aquellos tomates sembrados en la calle en setos para protegerlos del viento con resultado más o menos exitoso, salieron adelante sus tres hijos. En el año 1973 invernaron una fanega (aproximadamente media hectárea), las fechas cuadran con la revolución agrícola almeriense cuando Paco Piloto arenó los primeros bancales en Roquetas.

Antonio nunca ha conducido y llevaba los géneros a la alhóndiga en bestias o ISO carro, todo se llevaba en sacos, él dice que había kilos, pero que no había precio, que todo empezó a mejorar cuando Felipe González abrió las exportaciones a Europa.

Los tres fracasos de la agricultura española desde el último tercio del siglo XX a la actualidad, según António Fernández:

Primero en la uva (se refiere a cuando la uva de barco dejó de ser un motor económico en los 60 por el avance de las cámaras frigoríficas), luego en la naranja (dada la poca promoción del producto nacional y la introducción de terceros países) y por último la almendra, que no tiene el valor que tiene que tener.

¿Por qué cree que hay que defender la agricultura almeriense?

Hay que merecerla porque la agricultura almeriense da mucho a la nación con una buena exportación, deja mucho dinero y todos vivimos bien. Pero con esto que han hecho de la PAC (política agraria común), la están defendiendo poco.

Como ejemplo de las palabras de Fernández, el pimientos almerienses es el producto español más exportado, según el Departamento de Aduanas de la Agencia Tributaria. Casi medio millón de salieron por nuestras fronteras durante el primer semestre de 2024.

¿Cuál es el secreto para llegar a los 100 años?

Trabajar mucho, comer poco, ganar menos y no dejarse llevar por los vicios.

Antonio Fernández mis mejores deseos para que el primero de octubre sople sus 100 años rodeado de los suyos. Su ilusión por levantarse cada día, a pesar de haber pasado una guerra, levantado un país de la miseria, despedido a su mujer hace seis años y superar una pandemia que limitó sus músculos para andar libremente, es un impulso para todos.