Hablar del verano es regresar a la infancia ¿ quien no guarda un recuerdo de esos días interminables donde todo parecía infinito?. Lo que para los adultos es un trámite que nos permite "bajar el ritmo" de horarios y compromisos escolares, para niñas y niños es un inmenso mundo de aprendizaje y de sensaciones que recordarán toda la vida.
La atención a la infancia desde el ámbito profesional nos acerca hasta InterActúa, centro de Atención Temprana para charlar con Laura Algarra Manzano, psicóloga de este centro que nos recuerda que " todas las situaciones son entornos de aprendizaje y las actividades de la vida diaria se pueden utilizar para potenciar las habilidades en , más aún cuando hablamos de niñas y niños con necesidades educativas especiales, acostumbrados a una rutina estructurada y secuencial en su día a día.
Si decidimos viajar en vacaciones, no hay que olvidar que el entorno es muy importante, ya que la adaptación de éste determinará el éxito de la participación en las actividades que organicemos. Tengamos en cuenta que si los adultos dotamos de estructura nuestra vida diaria, mediante apoyos visuales o determinados recursos como calendarios, agenda, listas de la compra, niñas y niños necesitan igualmente de pequeños gestos que les aporten seguridad.
Pequeños gestos, grandes logros
- Continuar utilizando las agendas visuales o de paneles de información para anticipar los acontecimientos especiales (reuniones familiares, excursiones, visitar lugares nuevos o recibir visitas en casa) .
- Propiciar un ambiente estructurado, predecible, con códigos viso-espaciales que evitará rabietas y prevendrán de otras conductas o problemas, recordando siempre que la predicción es comprensión.
- Organizar el día en una actividad central y en tareas (en la medida de lo posible).
- Transmitir instrucciones claras acompañadas de gestos y signos. Tiene que entender en cada situación lo que se espera de él, qué tiene que hacer, cómo y cuánto tiempo dura.
- Poner límites (son vacaciones pero siguen existiendo normas).
- Repasar los aprendizajes trabajados durante el año, practicar y realizar ejercicios nuevos.
- Fomentar las relaciones sociales fuera del hogar, realizando actividades diferentes en familia. Conocer a otros adultos, niñas o niños fomentará sus habilidades comunicativas ya que todas las interacciones cuentan y ayudarán a generalizar aprendizajes.
- La piscina y la playa son buenas opciones para motivar conductas adaptativas. Además, se mejora la atención sostenida, el seguimiento de órdenes, el control postural, la planificación motora y la armonía de movimientos. ¡Y qué mejor remedio contra el calor!
Entre otras actividades funcionales y con la finalidad de que comprendan y den sentido a las acciones, podemos fabricar nuestro propio material para divertiros en casa, con materiales manipulativos y adaptados que ofrezcan información visual y que nos permita retirar el apoyo inicial, es decir, que se pueda realizar la actividad de la misma forma pero sin ayuda.
Aprendemos jugando
Jugar es uno de los aspectos que protagonizan la vida en la infancia , bien porque ocupa la mayor parte del tiempo en estas edades o porque cuando no están jugando , están pensando en hacerlo. De ahí la importancia de utilizar el juego como metodología de aprendizaje y nuestra capacidad para conseguir captar y mantener su atención mediante la motivación. Algunas de estas ideas pueden ser:
- Clasificar objetos por color (piezas de rompecabezas, ceras, coches, cubiertos o globos)
- Asociar conceptos con su nombre, por ejemplo, colores, animales, objetos de la casa, instrumentos musicales y objetos del colegio.
- Trabajar los números y la lectura , o reforzar el vocabulario en las actividades diarias ( en la comida, en el baño o al vestirnos), según en la fase de aprendizaje que esté la niña o el niño
- En el parque, en la playa, con otros amiguitos, animarle a jugar a juegos de turnos y con juguetes compartidos para mejorar la tolerancia a la frustración.
- Juego simbólico para trabajar la imitación de actividades de la vida diaria, el uso funcional de objetos cotidianos (coche, cuchara o toalla) y los roles. Por ejemplo, dar de comer o bañar a un muñeco, hacer como si una caja fuera un tren, hacer de doctor o de peluquero. Además, se trabaja la atención compartida al realizar una misma actividad.
- Actividades de motricidad fina: ensartar piezas, hacer un collar o pulsera de macarrones, rasgar papel, abrochar botones,.
- Ayudar en las tareas de la casa, fomentando la autonomía personal y la autoestima, por ejemplo: emparejar los calcetines, ayudar a clasificar la ropa lavada en categorías, por ejemplo, la ropa interior, las camisetas, los pantalones etc., guardar sus juguetes o cuentos en cajas, tirar cosas a la basura, regar las plantas, preparar su mochila para salir a la calle, recoger el baño después de la ducha y llevar la ropa sucia al cesto, ayudar a vestirse y darle opciones para que elija que quiere llevar ese día (por ejemplo, entre dos camisetas), en los recados que lleve la bolsa menos pesada, o que colabore en la cocina: busque utensilios , localice los ingredientes que les pidáis y que ponga la mesa.
Para aprender a aprender desde edades tempranas, cualquier época y momento es una oportunidad abierta al conocimiento y aprendizaje y si existe una época del año que niñas y niños viven con la misma ilusión es cuando llega el verano. ¡ Y a disfrutar…. que los días pasan volando y comienza el cole! "
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