Las quejas de más de quince familiares de residentes del centro de El Zapillo han devuelto el orden a la residencia en la que viven 120 personas mayores, la mayoría dependientes. La movilización de los familiares, que ayer se presentaron en la delegación territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, acababa “de raíz” con el “abandono” que ,“a modo de protesta laboral”, habían iniciado el lunes algunos trabajadores de la residencia de ancianos.
Conocedor de la situación, el delegado territorial, José María Martín, enviaba a la residencia una “orden” con la obligación expresa de que el personal desarrollara todas sus tareas. Entre éstas, levantar a los ancianos. Una tarea que obviaron el lunes y que provocó un altercado entre personal y algunos familiares que no entendían (siguen sin entenderlo) que una protesta laboral acabara repercutiendo en las personas más vulnerables.
Ataque de ansiedad
Una de las afectadas que tiene en la residencia a su madre, de 97 años, no entendía cómo el personal hubiera decidido mantener acostados a todos los abuelos. Otra de las afectadas fue levantada ayer por su hija que fue la que le ayudó a asearse ante la “pasividad” de las trabajadoras de la residencia.
El malestar fue tal que muchos de los familiares optaron por ir juntos a la delegación a poner una reclamación. Reclamación que fue lo que, por otra parte, aconsejó el administrador de la residencia al conocer las quejas.
Y es que los familiares no comprendían la “dejación de funciones”. Algunos hablaban de falta de personal, otros de una huelga encubierta, otros de que se iba a pintar la planta y que por ese motivo, había que tomar determinadas medidas. Otros trabajadores, reconocen los familiares, “no sabían donde meterse ante la pasividad de sus compañeros”. “Hubo quienes se echaron a llorar porque no estaban de acuerdo con la situación”, señala otro familiar.
La solución llegaba ayer, después de que el delegado, “con la norma en la mano”, obligara a los trabajadores a atender a los ancianos como merecen, “independientemente de que quieran hacer cualquier protesta laboral”.
Malestar laboral
Al parecer, es cierto malestar laboral el que estaría detrás de la “dejación de funciones” de algunos trabajadores que habrían optado este lunes por cumplir con sus obligaciones laborales de forma “más que escrupulosa”. Así lo entienden algunos familiares de residentes afectados después de hablar con los trabajadores. Trabajadores que reconocen, falta de personal, puesto que “solo hay dos auxiliares por planta”, dicen.
La protesta
Algunos trabajadores decidieron, por tanto, dejar acostados a los ancianos residentes como medida de presión ante la administración. Una protesta que ha sido condenada enérgicamente por el delegado territorial. José María Martín entiende “cualquier manifestación de protesta laboral” siempre y cuando no afecta a las personas mayores que han de ser la prioridad en un centro de estas características.
Los afectados
En la residencia de El Zapillo viven 120 personas mayores, la mayoría dependientes y muy dependientes. Muchos se quedaron el lunes “castigados” en la cama.
La solución
Una orden expresa de la delegación obligaba ayer al personal de la residencia a “atender” a los mayores “como se merecen”, decía el delegado.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/108955/las-quejas-de-familiares-ponen-orden-en-la-residencia-de-ancianos-de-el-zapillo