California dream

Quien más quien menos, ya todos tenemos una culturilla relacionada con el mundo de la marihuana. Seamos o no consumidores, sepamos o no qué son las semillas Dinafem, hemos opinado más de una vez sobre la legalización de esta sustancia. Porque está en el panorama político, porque va de la mano de muchos otros temas, y porque nos interesa a nivel sanitario. Aunque en Europa su uso medicinal no está tan extendido como en América (principalmente del norte, pero no solo), lo cierto es que el mundo de las terapias alternativas está lleno de alusiones a las semillas de cáñamo y su enorme poder nutritivo, o la utilidad de determinados cannabinoides en el tratamiento de dolencias como la epilepsia infantil o la minimización de efectos secundarios en terapias tan agresivas como la quimioterapia.

Hace poco California ha vuelto a votar sobre la legalización del uso recreativo de la marihuana. Desde 1996, su uso terapéutico es legal en este estado, que la distribuye gracias a una red de dispensarios autorizados.

El uso de la marihuana en su vertiente más lúdica ya fue votada en el 2010, pero se decidió que no era el momento adecuado. Ahora, los promotores de esta medida han conseguido 600.000 firmas, el doble de las necesarias, para repetir esta consulta que haría que esta hierba reciba el mismo tratamiento que el tabaco y el alcohol, algo por lo que claman los activistas relacionados con el mundo del cáñamo.

Como todas las medidas aperturistas en un mercado cerrado y tratándose de una sustancia que carga con tantos perjuicios e ideas preconcebidas, su legalización no estaría exenta de normas. La marihuana no podría consumirse mientras se conduce o en la vía pública, y se incrementarían los impuestos que ahora graban a las tiendas que comercializan su versión terapéutica.