Nunca se han conocido tantos economistas como hoy. ¿Es vuestra edad de oro?
Espero que sí (risas). Se les está dando un valor que antes se desconocía, tanto a nivel empresarial como macroeconómico. La gente se ha visto obligada a conocer aspectos económicos y por otra parte el análisis de los balances de las empresas, que nosotros realizamos, da una imagen más real para clientes, acreedores y entidades financieras.
¿Hay recetas milagrosas en economía?
Sí que hay ciertas medidas que está contrastado que funcionan, como las políticas monetarias o la subida o bajada de tipos de interés que ,si suben, fomentan el ahorro y, si bajan, fomentan el gasto y la inversión. Del mismo modo, en política fiscal, si bajas impuestos las familias y empresas consumen más, y si suben, si hay margen, es bueno para el conjunto de la sociedad. El problema es cuando los impuestos llegan a una línea psicológica. Ahí empieza la gente a asumir riesgos y a haber economía sumergida.
¿Que los tipos de interés en Europa estén al cero por ciento no es demasiado arriesgado para el sistema?
Si realmente el dinero llega a las familias y empresas entonces podría ser un problema. Pero está difícil acceder al crédito. No obstante, ya se está escuchando que el Banco Central Europeo va a subir los tipos.
Dicen que hay riesgo de ver otra burbuja inmobiliaria porque la gente vuelve a invertir en viviendas…
Parece que sí que hay subida de precios en el sector inmobiliario. Da miedo pensar que no se haya aprendido nada. No se están potenciando otros sectores económicos.
El problema es que mucha gente no sabe dónde invertir sus ahorros. ¿Dónde se puede encontrar rentabilidad hoy?
¿En el trabajo? (risas). La cultura del pelotazo espero que esté superada. Antes los beneficios de las empresas se invertían en promociones inmobiliarias y se impedía su propio crecimiento.
¿La austeridad era inevitable?
Por supuesto, porque el gasto excesivo se producía a costa de financiación, que hay que devolver. Y de algún sitio había que recortar.
¿Si hubiese una renta básica universal, ¿habría dinero para pagarla?
Hace poco decía Bill Gates que los robots deberán pagar impuestos. Puede parecer descabellado, pero tiene sentido. Si nos liberan de trabajo y pagan unos impuestos quizá sí sería posible una renta básica. Hay países europeos que se lo están planteando.
¿El capitalismo ha entrado en barrena o vive su esplendor?
No creo que haya entrado en barrena para nada. Continúa su senda, sin estar en esplendor. Lo que falta es cierta seguridad e información. El mercado va más rápido que la legislación.
¿Qué país lo está haciendo bien??
Finlandia. Es un país evolucionado por su bajo índice de corrupción y su alto nivel de educación. Son respetuosos con el medio ambiente y favorecen la maternidad.
¿Queda mucho para la igualdad?
Sí. Yo también reivindico la libertad para hacer lo que quieras: empresaria, ama de casa... Se nos mira con el mismo rasero que a los hombres. He leído por ahí algo que me ha llamado la atención: “a los hombres se les contrata por expectativas; a las mujeres por resultados”.
¿Eres una persona aventurera?
Más bien soy conservadora, lo que no quiere decir que de vez en cuando... No soy muy loca, no... (risas). Me gusta tener metas y hago una planificación para conseguirlas.
¿Qué aficiones tienes?
Viajar, aunque no me gusta repetir destino. El último viaje fue a Islandia, con vuelo directo desde aquí. Tiene unos paisajes espectaculares.
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