La historia del presunto chantaje a un párroco de la capital destapada por LA VOZ DE ALMERÍA revela los esfuerzos personales de la víctima por evitar el escándalo de una denuncia por abusos sexuales a un menor de edad. Según la investigación del Grupo IV de la Policía Judicial de Almería, ahora en manos del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería, el sacerdote entregó cantidades en metálico por un importe superior a los 50.000 euros entre los ejercicios 2015 y 2017.
El objetivo era frenar una denuncia por abusos sexuales a un adolescente de 16 años que conoció a las puertas de la iglesia, donde pedía limosna en situación muy precaria. El sacerdote se interesó por su estado, le entregó unas monedas y le ofreció su vivienda para asearse. Aunque el párroco siempre ha negado cualquier contacto sexual con el chico y no tiene ningún proceso judicial abierto en su contra, aceptó pagar ante las presuntas presiones de la madre a finales de 2015.
Un “préstamo”
La ahora detenida le reprochó que pasaran tanto tiempo juntos, consideró inadecuada la relación y solicitó una ‘ayuda’ con el alquiler, con una deuda y con la compra de un inmueble en su país de origen. Para frenar la denuncia por abusos, el cura inició pagos periódicos prolongados durante casi dos años. Sin capacidad económica para sufragar el elevado coste de los supuestos chantajes, el párroco incluso vendió una vivienda.
Entre el inicio del episodio y la denuncia presentada a finales del mes de junio en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional en Almería, el sacerdote entregó, al menos, 14 cantidades en metálico a los acusados. El dinero se aportaba generalmente a la madre, que presuntamente impulsaba las amenazas y que aseguró en su declaración que solo era un “préstamo” que devolvería “cuando encontrara un trabajo”.
Entre los pagos identificados en este periodo existen importes que oscilan entre 300 y 10.000 euros, los últimos durante el primer trimestre de 2017, justo antes de que el párroco considerara la situación insostenible y acudiera a la Policía Nacional para encontrar amparo.
El alquiler Además, el denunciante desveló una segunda vía de pago. Según su versión, fruto de las amenazas se vio obligado a abonar el alquiler de los supuestos extorsionadores durante meses, por lo que las cantidades se elevarían por encima de los 55.000 euros en total.
La Policía Nacional arrestó a madre e hijo, ahora de 18 años, por un delito de extorsión. Ambos tienen antecedentes penales por delitos contra el patrimonio y el joven, incluso, dos detenciones como menor de edad. El cura destapó una persecución de los arrestados. Según el relato de testigos aportados al procedimiento, la mujer llegó a presentarse en la parroquia y demandó más dinero. Ante la negativa del párroco, la detenida se abrió la blusa a la espera de la entrada de cualquier feligrés en la iglesia. El hombre salió despavorido de la sacristía y fue asistido por algunas personas que se encontraban en el templo, mientras la mujer se volvía a abotonar la camisa y abandonaba el lugar sin mediar palabra.
El suceso supuso un punto de inflexión en el caso y el cura acabó denunciado los hechos ante la Policía Nacional, como adelantó LA VOZ DE ALMERÍA en su edición del miércoles. El procedimiento está en manos del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería, en funciones de guardia en el momento de los hechos. Los dos acusados de chantaje no prestaron declaración en la Comisaría Provincial de la Policía Nacional en Almería.
Ambos investigados niegan la extorsión y rebajan el importe de las cantidades entregadas por el párroco desde finales del año 2015. La mujer habla de pagos de “20 ó 50 euros” para ayudarles en una situación personal muy delicada, sin trabajo, con deudas de alquiler y sin recursos para comer.
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