Juan Pedro Valentín: "la TV te gusta o no, pero nunca es basura"

¿Lo de Cataluña está siendo una bomba informativa? ¿Se han disparado las audiencias?
Las audiencias no se suelen disparar sino que tienen pequeñas oscilaciones en función del impacto de las noticias. En el caso de la deriva política en Cataluña hemos vivido varias fases, que han pasado de la tensión al aburrimiento y ahora a la expectación. Es cierto que en estos momentos el referéndum del 1-0 convocado por la Generalitat y declarado ilegal por el TC ha colocado la actualidad en un momento de incertidumbre que hace que la expectación aumente.

¿Existe responsabilidad por parte de los medios en fenómenos como el independentismo?
La responsabilidad está en los políticos que toman las decisiones. Los medios lo contamos. Siempre con un punto de vista y una línea editorial, claro está, pero eso es muy respetable.

¿En este país la información y la opinión están demasiado mezcladas?
Cada vez más. Pero es algo generalizado en casi todo el mundo. Ya no se lleva eso de dar las noticias de manera aséptica. Se pide también una interpretación y a veces se va mucho más allá.

Me decía Ignacio Escolar que a Gobierno y oposición les incomodan las tertulias políticas. ¿Los platós tienen hoy más peso que el Parlamento? 
¡¡No!! En las tertulias de la televisión se habla mucho de muchos temas todos los días pero se hace de manera relajada, sin tener que ceñirse a las normas de un Parlamento y sin el objetivo de tener que legislar. Se trata de informarse, compartir opinión y pasar un buen rato con la actualidad del día.

¿Qué te parecen las ruedas de prensa sin preguntas? 
Que no son ruedas de prensa. Son comparecencias sin preguntas. Para eso no hacen falta periodistas. Las comparecencias tienen sentido en algunas ocasiones, aunque a mí, como periodista, me gusta hacer preguntas. 

En la película ‘Nightcrawler’ se hace una crítica de la deriva mediática, del todo vale. ¿Se deberían haber omitido en TV las imágenes de las víctimas del atentado de Barcelona?
’Nightcrawler’, como otras películas o libros, hacen una especie de parodia de una realidad que existe. No creo que hayamos llegado tan lejos. Sobre el atentado de Barcelona, creo que las televisiones fuimos muy prudentes a la hora de tratar las imágenes. No emitimos todo lo que recibimos, intentamos que la imagen aporte información sin generar daño o rechazo, aunque eso también es subjetivo, como casi todo en esta profesión.  

¿Existe la telebasura?
No. Existe la televisión que te gusta o que no te gusta, pero nunca es basura.

¿Por qué los medios transmiten una imagen constante de pesimismo? ¿Por qué no sacáis todo lo bueno que se está haciendo, todos los ejemplos de emprendedores, de personas que están moviendo el mundo? No digo que no lo hagáis, pero cobra una importancia menor.
Lo hacemos y no tiene mucha repercusión, la verdad. La noticia es lo nuevo, lo inesperado y suele estar asociado a hechos negativos más que positivos. Lo cotidiano o lo habitual no tienen cabida en las noticias. Lo extraordinario y positivo sí lo tiene, pero no siempre llega tanto al público.

¿Cuál es el mejor momento que has vivido en la televisión?
Algunas entrevistas que he hecho en momentos de tensión, con Aznar, Zapatero, Pujol, Ibarretxe...

Los periódicos en papel siguen siendo una referencia para los medios audiovisuales?
Siguen teniendo su importancia y repercusión, pero los medios on line y las redes sociales les han comido mucho terreno.

¿De qué trabajo te sientes más orgulloso?
Te diré tres: los especiales sobre el 11-S, la catástrofe del Prestige y la muerte de José Couso.