La crisis humanitaria en la ruta del Mar de Alborán muestra cara de niño. Tiene los tonos tostados del Magreb o la piel oscura del África Subsahariana. Todavía espera su turno para los 18 años y ya ha vivido en primera persona el drama de las mafias de traficantes, los vaivenes de la patera sobre las olas y el abismo de la incertidumbre.
Según datos de Frontex (Agencia Europea de Fronteras), unos 15.000 inmigrantes irregulares cruzaron el Estrecho entre los meses de enero y septiembre de 2017, en la mayor afluencia de pateras en una década.
Buena parte de los migrantes son menores de edad, como refleja un informe presentado por el Gobierno en el Senado a preguntas del parlamentario vasco Jon Iñarritu García (EH Bildu).
Según el documento, 5.300 menores no acompañados, conocidos con el acrónimo menas, cruzaron las fronteras de acceso a España durante el ejercicio 2017. El dato casi duplica el registrado en los cursos anteriores. La provincia de Almería también bate sus cotas más altas. Los servicios de asistencia y protección de la Delegación Territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales acogieron a 217 menas hasta finales del mes de septiembre.
El volumen de menores y la urgencia de una atención inmediata con garantías obligó a la Junta de Andalucía a adoptar nuevas medidas. El Gobierno andaluz anunció en octubre la ampliación de las plazas de acogida para menas en 200 nuevas unidades, repartidas esencialmente por las provincias de Almería, Cádiz, Granada y Huelva.
Soluciones de urgencia
En principio, la solución es temporal y deberá revisarse en marzo de 2018, si bien la ruta migratoria en el Mar de Alborán no apunta mejoras a corto plazo. De hecho, por primera vez en una década, el Frontex decidió prorrogar hasta final de año su campaña en la zona, bautizada como Operación Indalo y tradicionalmente reducida a los meses centrales del ejercicio.
La crisis humanitaria enreda a los menores y plantea un puñado de incógnitas a corto plazo. ¿Cuántos muchachos proceden de zonas de conflicto? ¿Son suficientes los recursos asistenciales? ¿Qué pasa en los casos de dudas sobre la edad de un adolescente?
Según señala en el Gobierno, un centenar de menas detectados desde 2012 solicitaron medidas de asilo político en toda España. El dato es inferior a los adultos, que carecen de las ‘ventajas’ del sistema de protección que los jóvenes ‘disfrutan’ con independencia de su origen.
Sobre los recursos asistenciales, las competencias están transferidas a las comunidades autónomas. La Junta de Andalucía ya realizó un aumento de la dotación de plazas en el mes de junio, con 100 nuevas unidades y una inversión de 1,4 millones de euros.
Finalmente, las situación de los adolescentes es conflictiva, como apuntan informes del Defensor del Pueblo. Los protocolos requieren que en caso de duda sobre la edad real de un inmigrante irregular se acude a un centro médico para la realización de pruebas oseométricas (generalmente del hueso de la muñeca). Sin embargo, el método no es infalible y crea indefensión en situaciones límite, al borde la mayoría de edad.
La crisis humanitaria crece cada día. Las pateras continúan llegando cargada de jóvenes.
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