Espacio solidario en pleno corazón de Almería

Una treintena de personas dedican su tiempo a La Trastienda del Consuelo de manera totalmente desinteresada

Francisco y Consuelo, junto a Mari Carmen y Julia, dos de los numerosos voluntarios.
Francisco y Consuelo, junto a Mari Carmen y Julia, dos de los numerosos voluntarios.
Verónica Díaz
20:00 • 29 dic. 2017

Todo empezó con un viaje a Londres. Francisco Moya quedó fascinado con la buena acogida que tienen las tiendas de segunda mano en la capital británica. Pensó de qué manera podía poner en marcha algo similar en Almería, pero con fines solidarios. Fue así como nació La Trastienda del Consuelo. “En la Navidad de 2014 se hizo una previsión de fondos y una prueba de fuego para el voluntariado. El 29 de noviembre de 2015, este proyecto de la Hermandad del Silencio y de Cáritas Parroquial de San Agustín se puso definitivamente en marcha”, explica Moya, a quien Consuelo López acompaña en este proyecto. “No somos un rastrillo, somos un espacio solidario e intentamos que siempre esté todo ordenado, que sea visualmente atractivo”, puntualiza Moya, que es uno de los coordinadores de la tienda ubicada en el número 53 de la calle Granada de la capital. 




Muebles, cuadros, lámparas, libros, objetos de decoración, menaje e, incluso, complementos como pulseras, anillos y collares pueden adquirirse en esta tienda, que subsiste gracias a las donaciones desinteresadas y al incansable trabajo de una treintena de voluntarios. Los coordinadores son los encargados de recibir los artículos, revisarlos y decidir si son aptos para la venta. Es entonces cuando les ponen un precio, los adecentan y los ubican en su correspondiente sección. “Intentamos ser objetivos a la hora de poner el precio, valorando el artículo, los materiales de los que está hecho y el estado de conservación. También consultamos por Internet precios de artilugios similares y siempre procuramos poner una cantidad lo más asequible posible”, dicen los responsables, que debido al interés generado han ampliado el horario de atención al público en estas intensas semanas de compras. 




Dedicación  
Todo lo recaudado se destina a Cáritas, así como a otras entidades benéficas de la ciudad e, incluso, a campañas de ayuda al Tercer Mundo. “Nada de esto sería posible sin la entrega de todos los que trabajan de manera desinteresada. Tenemos una voluntaria que hace ropita de bebé, otra que se lleva las muñecas de porcelana y nos las devuelve con vestidos nuevos creados por ella. También hay gente que nos ayuda a restaurar los artículos que llegan defectuosos”, relata López. Esta iniciativa solidaria ha logrado crear tres puestos de trabajo y esperan poder hacer realidad el próximo año una nueva fase de este proyecto, la puesta en marcha de una escuela taller para restauración de muebles y tapizados. Aun así, aseguran que “es mucho más lo que estamos recibiendo que lo que aportamos. A los voluntarios, este proyecto nos llena de ilusión. A muchos, además, les ayuda a soportar otros males. Todos esperan con ansia el día que les toca hacerse cargo de la tienda, se reúnen para un café, para merendar, para tomar unas cervezas… Han creado un vínculo magnífico y esa labor también es realmente importante”.









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