El 30 de Noviembre llegaba al Mercado Central la nueva medida municipal . El objetivo era que más almerienses tuvieran la opción de comprar allí, competir con los supermercados y modernizar el mercado.
Tras más de tres semanas con el nuevo funcionamiento, no todos los vendedores están igual de satisfechos, si bien “aún es pronto para hacer una valoración justa”, reconocen ."Es cuestión de tiempo y hay que aguantar el tirón", coinciden.
A favor
A comerciantes como como Antonio Roque, ‘El aceitunero hijo’, los beneficios le han permitido generar un puesto de trabajo al menos para la temporada navideña y poder así repartir el turno laboral. Por su parte, los carniceros Peny Pérez y Paco Díaz reconocen que la afluencia de gente por la tarde es todavía mejorable, pero al tener esas horas más tranquilas, pueden preparar los encargos de su clientela, por lo que están teniendo la capacidad de enfrentar más ventas. Ellos reconocen que sólo mantendrán el turno de tarde durante la Navidad, porque hay más carga de trabajo, pero continuarla más adelante "no merece la pena".
Promesas por cumplir
Estos carniceros no tienen demasiada confianza en el prometido descuento del 50% en la cuota trimestral que el Ayuntamiento ha ofrecido a quienes abran por la tarde. "La cuota de por sí ya es injusta porque, cuando volvimos al mercado tras sus obras, ésta se calculó en base a trabajar mañana y tarde y, aunque al final ese horario no se implantó, el total de la cuota se mantuvo y las negociaciones para rebajarla han sido imposibles, así que no confiamos en que ahora ese descuento se aplique", asegura Paco.
Los beneficios de estos comerciantes no se están dando para todos. Por ejemplo, para Mª Ángeles, frutera, el aumento de las horas de trabajo aún no se ha traducido en una subida notable de las ventas: "Ahora mi jornada laboral es de 14 horas. Los ingresos no dan para contratar y así repartir el trabajo. He generado deuda con el ayuntamiento y esa es la prioridad", afirma. Aún así, ve la situación con positividad. Confía en que el ayuntamiento cumpla con su promesa y en que más gente se anime a comprar en el nuevo horario ya que "no van a encontrar mejores productos en ningún otro sitio". Mª Ángeles es el ejemplo del esfuerzo de todos los vendedores que rigen ellos solos su negocio y contaba con cariño cómo ella es la tercera generación del suyo, y lamentaba que no pudiera vivir con la misma holgura que sus padres y abuelos.
Propuestas
Francisco Andújar, también frutero, considera que hacer un turno doble “es un error” y que sería mejor alargar la jornada de la mañana hasta las 17h: "Los empleados de los comercios siguen sin poder venir porque abrimos y cerramos a la misma hora que ellos". Francisco asegura que la jornada contínua permitiría esas compras y a ellos les supondría una reducción de la enorme cantidad de horas que ahora emplean. “En mi caso, mi jornada empieza a las 5h, cuando voy a por el género, y acaba cuando cierra el mercado, y tampoco puedo permitirme contratar a nadie", asegura.
En la misma sintonía piensa Héctor Martínez, empleado del único bar del interior del Mercado, que se caracteriza por cocinar los alimentos que el propio cliente se compre allí. Héctor asegura que como local de hostelería "no tiene sentido cerrar a las 15h dado que todavía hay gente que entraría a comer". Por esto, él también apostaría por un horario continuado en el que cada uno elija si quiere abrir o no su puesto. “A nosotros nos beneficiaría mucho", asegura.
Respecto a las actividades para dinamizar el mercado, los comerciantes concluyen que no están teniendo una gran repercusión en las ventas. "La gente viene a las cosas de los niños y se va. Es muy raro que se paren a comprar", confirman unos, mientras que otros opinan que "al menos ven el mercado y se enteran del nuevo horario".
Clientes
Los compradores que prefieren ir por la tarde se muestran muy satisfechos. Es la opinión de Andrés Jiménez y Loli Zorrilla, clientes de Antonio Roque, o Amparo Monzón, quien por su trabajo antes sólo podía ir los sábados y reconoce que ahora aprovecha las tardes, si bien echa en falta que abran todos, ya que "sus puestos de siempre están cerrados" y acaba volviendo igualmente el sábado para completar sus compras. Si algo tiene mérito es el trabajo que los vendedores están empleando en que los puestos luzcan perfectos y con alimentos de primera calidad para que el horario vespertino sea un éxito y atraiga a vecinos y turistas.
Los mercados de Málaga, Madrid o Lisboa son referentes y estudiantes Erasmus, como Anne Klimesch y Catharina Cremer, reconocen que el de Almería les recuerda a éstos y es parada obligada cuando reciben visita extranjera, pero quizás iniciativas como una mayor apuesta gastronómica, que es una gran característica de los ejemplos mencionados, sean necesarias para que nuestro mercado termine de conquistarnos.
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