Llevas cuatro años en México como periodista deportivo. Un tipo de prensa menos movidito que otros, desde luego…
No es nada movidito (ríe). Para quienes nos gusta el deporte está muy bien pues, además, te quitas todas las movidas del periodismo en Latinoamérica, relacionadas con el narcotráfico.
¿El narcotráfico está tan presente en la sociedad?
Yo me apostaría casi cualquier cosa a que aquel que lleva un tiempo en México conoce a alguien que tiene lazos con el narco. Me ha tocado entrevistar a gente y, aunque no lo sabes a ciencia cierta, deduces que por su trabajo no es normal el ritmo de vida que llevan... El expresidente Felipe Calderón quiso luchar contra el narcotráfico y se desató una guerra. Hubo muchos muertos, civiles, políticos, etc. Se dieron cuenta de que la guerra contra el narco no se puede ganar. Hasta entonces se vivía una falsa paz, donde los narcos se mataban entre ellos. Con la vuelta del PRI llegó de nuevo la falsa paz.
¿El periodismo en México se percibe como una profesión de riesgo?
Sí, para el que investiga en la calle sí. Hay dos periódicos en Ciudad de México, ‘El Metro’ y ‘El Gráfico’, que todos los días sacan un asesinato en portada. Sus periodistas necesitan estar en los bajos fondos de la ciudad. Muchos hacen lo posible por llegar al lugar del crimen antes que la policía.
En la prensa deportiva tenéis un hándicap y es que allí no se hace mucho deporte…
México es un país que no tiene una estructura deportiva. En España hay apoyo del Gobierno al deporte, pero allí no. Con casi ciento treinta millones de personas es muy llamativo que en las últimas Olimpiadas solo consiguieran cuatro medallas y ninguna de oro.
¿Qué destacarías más de esa cultura?
Son muy amables. La parte mala es que no saben decirte que no a nada (ríe). Creo que está relacionado con la amabilidad. Prefieren inventarse algo a decirte que no. Por otro lado, esto que voy a decirte puede ser injusto, pero te respetan más por ser español. Nos respetan más que lo que se respetan entre ellos mismos.
¿Por qué ocurre?
Tienen una expresión, el ‘malinchismo’, que lo explica bien. La Malinche fue una azteca que era la traductora de Hernán Cortés y acabó siendo su amante. Viene a significar que se valora más lo de fuera.
¿Cómo viviste el terremoto de Ciudad de México?
Fue un caos, aunque no como se vio aquí, que parecía desolador. Se derrumbaron algunos edificios y la ciudad colapsó durante dos días. Luego hubo mucha solidaridad de la gente, de hecho se dio exceso de donaciones. Yo estuve cargando víveres el mismo día y a la mañana siguiente había tantas manos que mi ayuda consistió en llevar garrafas de café de Starbucks para combatir el frío.
Cambiando de asunto, ¿cuáles son los momentos relevantes de tu vida?
El día que decidí quedarme en México. No se me hizo difícil,pero era decir: a partir de ahora vas tú solo. He pensado en todo lo que he crecido estos cuatro años y la verdad es que estoy muy contento, porque buscaba tener curriculum y lo he conseguido.
¿Qué quieres hacer?
Ahora me planteo disfrutar del tiempo que me quede allí. Me gustaría volver a España, pero no ahora. Estuve dos años en Men´s Health y lo pasé muy bien.Es un título (revista) al que me gustaría volver algún día, aunque me gusta el sitio donde trabajo y mi equipo.
¿En qué crees?
La gente no te ayuda, pero tampoco van en tu contra. Creo que tienes que saber mantener el statu quo con los demás, dar y recibir. Te diría que si quieres algo te lo tienes que currar y demostrar lo que vales.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/144804/juan-francisco-gonzalez-la-guerra-contra-el-narco-no-se-puede-ganar