Carmen Enriquez: "Felipe VI se la jugó en el discurso de la crisis catalana y dio la talla"

Es una de las periodistas que mejor conocen la Casa Real Española. En casi dos décadas como corresponsal en TVE creó un estilo propio en información sobre la Monarqu&ia

Carmen Enríquez está retirada del periodismo activo pero sigue manteniendo contacto con la profesión a través de colaboraciones y de la publicación d
Carmen Enríquez está retirada del periodismo activo pero sigue manteniendo contacto con la profesión a través de colaboraciones y de la publicación d
Antonia Sánchez Villanueva
20:30 • 03 feb. 2018

Carmen Enríquez todavía recuerda la primera vez que vio nevar. Tenía 9 años y fue en su Berja natal, de donde salió para estudiar primero en Almería capital y partir luego, ya como universitaria, a Madrid. Como periodista de TVE desarrolló una notable carrera primero como corresponsal política antes de ocuparse de la información de la Casa Real. Su vasto conocimiento sobre la Monarquía lo ha plasmado no solo en sus crónicas.




¿Qué nos podemos esperar del acto de imposición del Toisón de Oro a la Princesa de Asturias?
 La monarquía es una institución llena de actos simbólicos y en ese se pone de manifiesto la cadena dinástica. Lo más importante para una dinastía es asegurar que cuando el Rey en ejercicio muera le suceda otra persona designada y que se haya estado preparando. El Toisón de Oro es la máxima condecoración en España y es una institución muy valorada pero lo más emocionante del acto fue que el Rey, en vez de adoctrinar a la niña sobre lo prestigioso de la condecoración, se dedicó a recordarle la responsabilidad que entraña y darle recomendaciones como cuando le dijo “te guiarás siempre por la Constitución”. La verdad es que la niña estuvo encantadora, la gente que estaba allí salía con un nudo en la garganta, incluso al propio Rey le tembló la voz, yo creo que de emoción. 




Recordarle a la princesa la Constitución, ¿era especialmente importante en este momento?
 Absolutamente. El Rey Felipe VI, el día de su proclamación comenzó diciendo “yo soy el primer Rey Constitucional y me voy a guiar absolutamente por la Constitución”, y eso es lo que está haciendo, y es lo que quiere también dejar grabado en la mente de su hija porque no hay otra, es lo que tiene que hacer. Hemos pasado, y seguimos pasando, momentos muy difíciles, y él ha tratado de ser fiel a la Constitución en todo momento. La Constitución para el Rey Felipe VI es sagrada, y si en algún momento se modificara, él respetaría y se guiaría igualmente por la Constitución modificada, pero, mientras tanto, no se va a mover de ahí. Para él es la piedra de clave de su actuación como jefe del Estado. 




 La intervención del Rey el 3 de octubre por la crisis catalana, ¿fue como el 23 F para su padre?
 Es comparable desde el punto de vista de que el 23 F el Rey Juan Carlos revalidó su papel como inspirador de la Transición democrática de España. Y yo creo que el 3 de octubre el Rey Felipe VI dio la talla cuando las cosas empiezan a fallar. Porque el Gobierno estaba titubeante, no sabía cómo coger el toro por los cuernos, el 1 de octubre creo que había que apuntarlo como uno de los días más nefastos de la democracia española, y lo que hizo el Rey fue jugársela, salir diciendo, sin un guiño, con la cara absolutamente seria, que era el momento de actuar los poderes del Estado, que había que reponer la vigencia de la Constitución que estos señores se habían saltado a la torera, y se la jugó, se la jugó….




 ¿Y le salió bien?
 Yo lo que he visto es que a partir de ese momento los no independentistas se decidieron a salir a la calle diciendo lo que piensan, y el rechazo hacia las decisiones que estaban tomando los independentistas, cosa que hasta ese momento no se atrevíanporque les insultaban, y les llamaban fachas, y franquistas. Y en el resto de España, a partir de ese momento se multiplicaron las manifestaciones reclamando que la soberanía popular de este país pertenece a todos los españoles. Hay una parte que no es comparable, y es que el 23 F acabó aquella misma noche, sin embargo, la crisis catalana no ha acabado todavía.




 ¿Ese discurso bien vale un reinado? ¿el Rey se ganó la legitimidad moral?
 Yo creo que la legitimidad moral la tenía ya, pero es verdad que en ese momento la gente vio eso que llaman authoritas, porque el Rey no tiene poder, únicamente la función que le da la Constitución de moderar y arbitrar el funcionamiento de las instituciones del Estado. Pero ejerció esa autoridad como jefe supremo de las Fuerzas Armadas y máxima autoridad del Estado, diciendo basta, aquí hay que volver a la senda de la legalidad. Creo que se ganó el respeto, la admiración y la confianza de muchos españoles. 




¿España está preparada para otra forma de Estado que no sea la Monarquía?
 Yo lo que creo es que no hay ningún político preparado para ejercer la presidencia de la República. Por muchos esfuerzos que hago para pensar quién podía ser un presidente de la República que tuviera las condiciones que se supone que debe tener la máxima autoridad del Estado, francamente no losveo. 




 ¿No avista a nadie en el horizonte?
 A nadie. Si estamos como estamos, con pugnas entre un partido y otro, imagínate los enfrentamientos políticos en la jefatura del Estado. Yo no soy monárquica en el sentido de creer que es el mejor sistema, pero sí pienso que la Monarquía es una autoridad por encima de los partidos que puede poner orden en un momento determinado, como lo hizo el Rey Juan Carlos y como lo ha hecho el Rey Felipe VI. Y luego, cuando echas un vistazo a las dos experiencias republicanas en España, apaga y vámonos. En teoría la República es más democrática, pero, y quizá esto haya gente que no lo entienda bien, ¿la mayoría de los ciudadanos tienen elementos de juicio para saber quién es la persona ecuánime que ponga por encima de sus ideas el bien del país y de los ciudadanos?


 O sea, que es una institución hoy por hoy  necesaria. 
 Desde luego que es útil, sigue siendo útil, y siempre he dicho que cuando las cosas son útiles, es mejor no cambiarlas porque tienes que estar muy seguro de que la alternativa va a ser mejor. También digo que si en un momento determinado la Monarquía no funciona, habría que plantearse otra cosa, tampoco soy fanática. Hasta ahora hemos tenidos suerte. A mí me inspira confianza el que la persona que arbitre tenga la capacidad de llamar a unos y a otros, hacerlos entrar en la conveniencia de ponerse de acuerdo porque eso es bueno para el país, y creo que eso lo ha sabido hacer el padre y ahora lo está haciendo el hijo. 


 ¿Fue oportuna la abdicación de Juan Carlos Io tendría que haber hecho antes?
 Bueno, era una decisión suya. Si no lo hizo antes es porque él intentaba revertir la situación. Lo explico en el libro Felipe VI, la Monarquía renovada. Cuando se reponía de alguna operación, subía un poco en las encuestas, y otra vez había una mala noticia del caso Noos, o había otro problema de salud. El punto de inflexión fue aquella Pascua Militar en donde no pudo terminar el discurso, él mismo se dio cuenta de que era el momento de decir adiós. A pesar de que la institución sea anacrónica y para algunos no plenamente democrática, él fue el primero que dio el paso a otra generación. Lo hizo con muchísima generosidad, y muy oportunamente porque se dio cuenta de que podía afectar a la supervivencia de la Monarquía. 


Una hipótesis, ¿si Juan Carlos I no hubiera abdicado y le hubiera tocado lidiar con el problema catalán, le habría pillado agotado?
 Yo creo que, a pesar de que mucha gente decía que el Rey Juan Carlos no era muy inteligente y que no se enteraba de las cosas, no es verdad. No es un intelectual, no ha tenido la preparación de su hijo, estuvo bajo el paraguas de Franco, pero ha tenido siempre un olfato político notable, y el 23 F él se convirtió en una persona de referencia. Es verdad que la gente cuando pasa el tiempo perdemos facultades. Pero frente a la locura de un Puigdemont, o la perversa actuación de Mas, es muy difícil luchar. Yo creo que él podía haberlo hecho también bien. 


 En el nuevo núcleo de la Familia Real, ¿qué papel está jugando la Reina Letizia, es más influyente que lo fue la Reina Sofía?
 No, no, para nada. La Reina Sofía se ha ganado la admiración y el afecto. Como dice ella, ‘¿quién soy yo? pues la que está al lado del Rey’. A pesar de que la relación matrimonial se rompió hace tiempo, por encima de todo está la institución. La Reina Sofía estaba en Zarzuela cuando juraba un presidente, los ministros, el fiscal general del Estado, el presidente del Consejo General del Poder Judicial... y ¿qué hacía? nada, estar, saludar, hacerse visible. Sin embargo, Letizia ha renunciado a eso.  En realidad, la Constitución no dice ni pío de cuál es el papel del cónyuge. 


 Por eso preguntaba si es más influyente. 
 Ella no quiere ir de florero, no ir de una extensión del Rey. No le gusta, bueno, ella es así, pero yo no creo que sea más influyente. Luego, tiene fama de mandona…


 ¿Y lo es?
 Yo creo que un poquito sí. Pero tengo la impresión de que el Rey es una persona muy templada, y, a pesar de que ella sea mandona y que él a veces ceda, la última palabra, sobre todo en temas importantes, estoy segura de que la tiene él porque es una persona que no toma las decisiones nunca a la ligera. Cuando es una decisión de calado, el Rey siempre consulta, no solo con la gente de Zarzuela, incluso llama a gente de fuera, sabe escuchar. Después toma su decisión, y, cuando la toma, ya no hay quien le haga cambiar.


 ¿Es un signo de modernidad el que una plebeya llegue a Reina o las casas reales deben mantenerse en círculos cerrados?
 No me gusta la palabra plebeya porque es algo clasista, pero sí está habiendo una especie de democratización de las monarquías en los matrimonios. La Reina Sofía, cuando se prometió el Príncipe con Letizia, dijo “yo pienso que la gente que dice que el Príncipe no se tenía que haber casado con una persona fuera de la Familia Real, tienen una forma muy antigua de pensar, porque es bueno que otra gente que no pertenece a nuestro círculo entre porque aportará un aire fresco”. En el caso del Rey Felipe y la Reina Letizia ha funcionado. El círculo de amigos que tenía él era muy elitista, yo creo que Letizia le ha hecho pisar tierra.


 ¿Qué pasa cuando la persona que entra no es ejemplar? Lo digo por Urdangarin.
 Esos son los riesgos, pero una persona de la realeza o de la aristocracia también puede salir rana. Yo sigo manteniendo que el cerebro gris de Noos fue Diego Torres, que vio en Urdangarin al mirlo blanco, y Urdangarin se dejó llevar. De todas maneras, pienso que el juicio mediático ha sido tremendo, se le condenó desde el primer día y ha habido gente que hizo del tema Noos un ataque directo para acabar con la Monarquía. Pero es verdad que Urdangarin no tenía que haber hecho lo que hizo, se quiso instalar como si fuera un millonario, y metió la pata. Eso ha creado la crisis más grave dentro de la Monarquía desde que se restauró en este país. Y a nivel familiar ha sido un desgarro que todavía existe, porque la infanta Cristina no va a ningún sitio si no aceptan a su marido. 


 La ruptura de la relación entre los hermanos, Felipe y Cristina, ¿era un cordón sanitario imprescindible para salvaguardar la institución?
 El Rey tenía que marcar una separación. La única manera de demostrar que ellos no solo no tenían nada que ver con lo que había hecho Urdangarin, sino que lo rechazaban, era marcar esa distancia. Pero ha sido muy doloroso, porque, además, la infanta no ha cedido ni un milímetro en su defensa a su marido. A la infanta Cristina se le pidió que se divorciara de su marido, y entonces las cosas para ella habrían sido distintas, pero ella no ha querido nunca.


 ¿Es un acierto o no la poca exposición pública de las infantas Leonor y Sofía?
 Yo creo que la educación por parte de la Reina Letizia de las niñas es impecable, no se le puede poner ni la más mínima pega, está pendiente de sus hijas. En eso, sobresaliente. Yo, en la sobreprotección de que no se las viera nada más que tres veces al año, no estoy de acuerdo. Ellos querían que las niñas tuvieran una infancia lo más normal posible, pero eso es posible hasta cierto punto cuando son las hijas de los Reyes. Tampoco creo que las niñas hubieran tenido que estar todo el tiempo expuestas a los focos, pero sí que lo que han hecho ahora de las imágenes en el palacio de la Zarzuela, lo tendrían que haber ido practicando a lo largo de todos estos años.


 ¿La forma de vida que hemos visto en ese vídeo responde a la realidad?
 Pues sí, absolutamente. Es que en eso creo que Letizia ha puesto grandes dosis de realismo. Que almuercen en una mesa redonda y que la propia Reina sea la que sirve a sus hijos y no tenga a tres lacayos y dos doncellas, creo que eso está bien. No se es menos Rey porque sea la Reina la que sirva la mesa cuando van a comer en familia. Es que ella es una chica de una familia de clase media y venir con muchas ínfulas habría sido también un poco ostentoso y se hubiera criticado. 


 ¿Es difícil informar sobre la Casa Real?
 No (Risas), no….


 ¿No condiciona a que la información sea muy medida y encorsetada?
 Lo único que hay que ser es prudente y discreto, y aplicar sentido común. Prudente porque la Monarquía es la primera institución del país y tiene sus normas, y conviene aprenderlas para no meter la pata. Hay gente que me acusa de haber hecho siempre la información en positivo. Yo he trabajado para una televisión pública, para el telediario, ¿te imaginas que yo hubiera salido dando mi opinión sobre lo que estaban haciendo los Reyes en un viaje, por ejemplo? Me he limitado a contar lo que yo veía, información pura y dura. Y cuando ha habido conflictos o problemas en un viaje, lo he contado también. Y prudente tienes que ser, y discreto. Yo creo que los telediarios no estaban para contar cosas íntimas de la familia. Creo en la lealtad y la lealtad consiste en que si una persona te da su confianza y te permite estar ahí, sabe que no vas a estar en plan cotilla. Pero no, yo no creo que haya sido difícil. 


 Hay un estilo que ha creado Carmen Enríquez. 
 Un catedrático de Universidad  me dijo que me ponía a sus alumnos como ejemplo de neutralidad, y me gustó. Yo siempre he pretendido ser neutral. En mis crónicas nunca dije que el Rey, ni la Reina, ni nadie de la Familia Real, eran los más altos, ni los más guapos ni los más listos. Ahora, si alguien lo decía, yo lo contaba. Eso me ha valido para dar unas pinceladas de un estilo que es neutralidad y seriedad. Yo estoy en contra del periodismo espectáculo, en contra de que las anécdotas se eleven a primera frase o titular, y en los últimos tiempos he tenido que luchar mucho por ello. Antes de hacer Casa Real fui redactora jefa de política nacional para telediarios, y he tenido broncas con políticos por contar esto o aquello. Bueno, pues a mí la Familia Real, jamás me ha dado las quejas, y supongo que habrá habido veces que no le gustaba, todo lo contrario, han sido siempre exquisitamente educados y agradecidos . Ha habido un respeto mutuo. A veces me han preguntado si soy amiga de los Reyes. No, la amistad es otra cosa. Yo soy periodista y los Reyes están ahí, y yo estoy aquí. 



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