Patricia sí sospechó de Ana Julia, pero Ángel no

La intuición de Patricia le hizo tener sospechas casi desde el principio de que Ana Julia Quezada estaba implicada en la desaparición de su hijo. “De alguna manera, sí sospechaba”, dijo ayer la madre del pequeño asesinado. Su sexto sentido se fue alimentando con los detalles que se iban revelando conforme avanzaba la investigación y se estrechaba el cerco en torno a la única detenida. “Iba poco a poco viendo cosas y aumentaba el nerviosismo”, relató la mujer, que confesó la tensión que le provocaba ver como cada vez que “la bruja” salía de la casa de la abuela paterna en Las Hortichuelas, varios coches de periodistas la seguían. “Estábamos aterrorizados porque podían dificultar el desenlace”, contó en la comparecencia de ayer.

Su entonces pareja sentimental, Ángel, padre del niño, admitió que él jamás pensó mal de su ex novia: “Yo no sospechaba en absoluto. Dormía con ella, me consolaba a mí cada noche, yo no sospechaba. Al daño por la pérdida de Gabriel se añade el daño por tenerla a nuestro lado y, encima de todo, intentar consolarla”, dijo.

Ambos, que intentan recomponer su vida en una situación de “grandísima complejidad personal y emocional”, agradecieron nuevamente la labor de los agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación y que permitieron “detener al malo para que no vuelva a hacer daño nunca más”, en alusión a Quezada, que permanece en prisión provisional comunicada y sin fianza por presunto asesinato, detención ilegal y por un delito contra la integridad moral desde el pasado 16 de marzo, cuando el titular del Juzgado de Instrucción número 5, Rafael Soriano, dictó su ingreso en la prisión del Acebuche.

“Gracias por la dedicación, la profesionalidad y la implicación de los agentes que nos devolvieron, entre lágrimas de frustración incontenible, a nuestro hijo”, manifestaron ayer Ángel y Patricia.

Ambos también valoraron las cientos de cartas de apoyo que han recibido y los miles de mensajes de condolencia trasladados a través de las redes sociales. “Nos calientan el alma y hacen que nuestro hijo sea eterno a través de vuestros corazones”.