El Colegio Oficial de Médicos de Almería apoya la implantación de los estudios de Medicina en la UAL pero lo hace con “muchas reservas”. Tantas que su presidente, Francisco Martínez Amo -desde hace casi nueve años al frente del órgano colegial- cree que si el futuro Grado no cuenta con un buen presupuesto, la futura facultad corre el riesgo de convertirse en una “fábrica de petardos”.
No es la primera vez que Martínez Amo muestra su contundente opinión al respecto. Ya en 2011 dijo lo mismo. “Cuando me preguntan por la facultad siempre digo que tal y como están las cosas, ni sí ni no, sino todo lo contrario. Yo deseo que venga, pero sin ser una fábrica de petardos. Una facultad de Medicina cuesta cinco veces más que cualquier otra por todo lo que lleva alrededor”, apuntó entonces el presidente del Colegio en una información publicada en este periódico por Simón Ruiz.
Siete años después, Martínez Amo mantiene idéntico discurso al de entonces. “Facultad sí, ¡pero fábrica de petardos, no! ¡Que tenemos la de Granada a hora y media! Vamos a invertir ese dinero en ofrecer desgravaciones fiscales a los padres que mandan a sus hijos a estudiar fuera y no en crear una facultad que, para lo único que va a servir, es para mandar al paro a más titulados. Aquí lo importante es que haya más plazas para MIR”, señaló ayer, en conversación con este periódico. “Yo nunca me he opuesto frontalmente a que Almería cuente con una facultad de Medicina. Me he opuesto de manera razonada, argumentando los motivos. El dinero que se quiere invertir más valdría que se destinara a gasto sanitario, que buena falta hace para mejorar las listas de espera y no en crear más médicos para que se vayan al paro o al extranjero”.
En los últimos cinco años, según datos del Consejo General del Colegios de Médicos de España, se han marchado fuera de nuestro país en torno a 10.000 jóvenes médicos. Añadida a esta circunstancia, se da otra igual de preocupante: en la próxima década, la sanidad pública está obligada a promover un relevo generacional debido a las jubilaciones masivas de médicos que están por llegar. En Almería, por ejemplo, se estima que en 2023 habrá 240 médicos menos porque les habrá llegado la edad de su retiro como profesionales en ejercicio. “Se necesitan más plazas en el MIR, pero de poco sirve la gran inversión que se hace en su formación si no se les hacen después ofertas atractivas, que puedan competir con las que reciben de países de nuestro entorno”, apunta el presidente del Colegio Oficial de Médicos de Almería.
Coleando desde 2010
La implantación de los estudios de Medicina acaparó numerosos titulares allá por 2010. En abril de aquel año, el Consejo Andaluz de Universidades aprobó la puesta en marcha del nuevo grado en Almería, Jaén y Huelva (a día de hoy, la universidad onubense es la única de las tres que se ha bajado del carro) y estableció el curso 2012-2013 como fecha para ofertar Medicina en los planes de estudio de las tres instituciones académicas. La idea, entonces, era que se pudiera estudiar esta carrera en todas las provincias andaluzas. Con la crisis amenazando ya cualquier iniciativa, el Gobierno andaluz vinculó su creación a los “recursos disponibles”.
Ni entonces ni ahora, la Universidad ha contado con el órgano colegial para conocer su opinión sobre la implantación de Medicina. “No contaron con nosotros ni nos han preguntado ahora. Debe ser porque no les gusta lo que opinamos”.
Una asignatura no se prepara en los ratos libres de las guardias
“Se dijo que la facultad de Medicina iba a ser un experimento nacional, que los profesores serían médicos de Torrecárdenas en ejercicio, jefes de servicio que tengan el doctorado y que darían clases a tiempo parcial. ¡Así, cómo si se pudiera preparar la asignatura de un curso entero en los ratos libres de las guardias! ¡Si están hasta arriba de trabajo, que no dan abasto!”, contó ayer el presidente del Colegio Oficial de Médicos a LA VOZ DE ALMERÍA. “Un mal profesorado puede llevar a tener una facultad de petardos y luego los sambenitos son muy difíciles de quitar de encima. A nosotros, lo único que nos interesa es la calidad de las materias que se impartan, porque ahí estará o no el prestigio que puedan tener estos estudios”.
Martínez Amo también cuestiona la procedencia de los docentes: “No sabemos de dónde vendrían los catedráticos que tendría que tener la futura facultad ¿Os es que alguien se cree que se van a venir de Granada o Málaga a dar clases aquí?”.
13.500 médicos para solo 6.324 plazas
El año pasado presentaron solicitud para realizar el examen MIR (Médico Interno Residente) un total de 13.439 médicos para 6.324 plazas. De ellos, un total 10.549 aspirantes superaron la nota de corte del 35% y con el número 8.173 se adjudicó la última plaza, con lo que un total de 2.553 aspirantes se quedaron sin posibilidad de elegir plaza.
Este año han sido admitidos 14.450 médicos. Cada año se incrementa de forma importante el número de aspirantes y, sin embargo, las plazas (6.513 este año) crecen muy poco (el año pasado se adjudicaron 6.324), una cifra muy lejana todavía a las casi 7.000 que había en 2010. “Hace falta que nuestras autoridades planifiquen de una vez con visión de futuro, al menos con un horizonte de once o doce años que son los necesarios para formar un médico especialista”, dicen desde el Colegio Oficial de Médicos, que insisten en que éste es el verdadero problema para el recambio generacional que necesita la sanidad pública. “Necesitamos más MIR y menos facultades”, añaden.
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