“No todos somos iguales, cada uno es especial”

‘Pairing Manager’ de la International Urban Cooperation, ha venido una semana a Almería para trabajar en el proyecto de cooperación entre la ciudad colombiana de Armenia y Almería. Vive en Alemania, donde trabaja para su agencia de cooperación internacional. Nos habla del proceso de paz de Colombia, de Pablo Escobar...

¿Cómo surgió la colaboración entre Armenia y Almería?

Este es un proyecto de la Unión Europea, que saca una convocatoria para ciudades de Europa y América Latina. Aplicaron Armenia y Almería y como nos parecíamos en población -Armenia tiene 250 mil habitantes- y en las características de ambas ciudades se decidió que se iniciara la cooperación entre las dos. Yo trabajo para la GIZ, la agencia de cooperación alemana, que implementa la IUC (International Urban Cooperation) de la Unión Europea en diferentes regiones.

¿Qué podemos aprender unos de otros?

En Colombia la participación ciudadana está muy desarrollada por ley. Cuando fue la delegación almeriense hace unos meses se interesaron mucho por ello. Armenia puede aprender de Almería el ciclo integral del agua, los temas de movilidad, de semaforización o del programa de la Policía Local para enseñar a los niños de entre cuatro y nueve años a comportarse en la vía pública.

¿Qué va a aportar la tecnología a las ciudades?

Se habla de las ‘smart cities’, que va a cambiar muchas cosas gracias a la tecnología. Ya hay aplicaciones para agilizar los trámites on line. Con la semaforización se podrá saber dónde hay atascos y la Policía va a poder ver en una tableta toda la información a tiempo real. O se podrá monitorear las redes de abastecimiento de agua, sabiendo si hay daños en cualquier momento.

En Colombia se ha dejado atrás la guerra. ¿Qué cambios más notables ha habido? ¿Se han liberado del miedo?  

Realmente sí. Desde que se firmó la paz entre el Gobierno y las Farc ya no hay muertes. En las elecciones no hubo violencia. Pero obviamente es un camino muy largo. Hay mucha gente en contra porque cree que los guerrilleros son genocidas. Yo sí creo en el proceso. Después de cincuenta años de guerra es el camino para cerrar esta herida. 

El narcotráfico es un asunto controvertido del que seguro que no os gusta hablar. Pero, ¿en qué situación se encuentra en este momento?

El Gobierno está tratando de eliminarlo. Colombia sigue siendo el primer productor de droga, pero por más que trabajemos en erradicar los cultivos, si en otros países se sigue consumiendo es muy difícil. Los cárteles de Medellín y Cali han desaparecido, pero ahora los grupos delincuenciales son más pequeños. La guerrilla se financiaba con el narcotráfico. En el acuerdo de paz hay un punto que habla de la erradicación de los cultivos de droga y su reemplazo por otros cultivos.

¿Qué impacto ha tenido la famosa serie ‘Narcos’ en Colombia?

Como vivo en Alemania no te puedo decir mucho, pero no nos gusta. Es un lunar del país todo lo que ocurrió y no podemos negarlo. Sin embargo, tratamos de demostrar otras cosas. Somos productores de café, flores, uno de los países con mayor biodiversidad del planeta... Estamos cansados de la visión sesgada de Colombia desde los Estados Unidos, pues ‘Narcos’ es una producción norteamericana. A algunos jóvenes, que no vivieron el conflicto, les parece gracioso ponerse una camiseta de Pablo Escobar. Y a nivel mundial también está pasando. En Alemania hay bares con fotos del narcotraficante. Nos parece una falta de respeto. Incluso a mí, cuando me conoce alguien me dice: “Ah, colombiana: Pablo Escobar, tendrás drogas...”. No es gracioso.

¿Qué es lo mejor de Colombia?

La gente, el calor humano, la amabilidad, la comida...

¿Qué has aprendido sobre el ser humano?

Que no todos somos iguales, que hay que respetar las diferencias y que estas nos hacen excepcionales. Que cada cual es especial.