El jueves empieza la obra del digestor de la depuradora

El próximo jueves comenzarán por urgencia las obras para la construcción de un nuevo digestor de fangos en la depuradora de la capital. Es el segundo que se va a ejecutar por el mismo procedimiento y casi por la misma causa, los 25 años que llevan en marcha los anteriores.

Explicaba el concejal de Servicios Municipales, Juan José Alonso, que empezaron a “advertirse fisuras y grieta en su cúpula, originándose vertidos de fango y emisiones de gases a la atmósfera” algo que se vio agravado por un informe técnico en julio que alertaba de “la necesidad de una intervención sobre la estructura del digestor y planteando la construcción de uno nuevo con un volumen similar al deteriorado”.

Por este motivo se aprueba la construcción de un nuevo digestor el pasado mes de agosto así como la aplicación de medidas paliativas en el que estaba en marcha y ahora el próximo jueves arrancarán los trabajos para que éste sea una realidad.

Las medidas paliativas aprobadas ya se han ejecutado, según Alonso, y consistían en la construcción de un zuncho de fibra de vidrio alrededor de todo el perímetro, agujeros en la base de las placas exteriores para evitar posibles acumulaciones y testigos que informen de futuros movimientos.

Nuevo digestor
Según los datos aportados por el concejal de Servicios Municipales, la construcción de esta infraestructura lo que busca es “acabar con un problema medioambiental ya que el digestor actualmente no se está utilizando como tal sino que se usa para la acumulación de lodos, y por tanto, en algunos casos se pueden producir vertidos incontrolados y que supone un riesgo para los trabajadores de la planta por posibles explosiones e incluso el derrumbe”.

Así se va a proceder a la construcción de un digestor de fangos de 4.100 metros cuadrados por parte de la concesionaria del servicio municipal de agua, Aqualia.  Cuenta con una inversión de 1.604.414,90 euros y un plazo de ejecución de ocho meses, y que vendrá a sustituir el segundo de los digestores que precisa la planta para la depuración de aguas.

Alonso insistió en su necesidad, “ya que la planta no puede funcionar con un solo digestor, algo que comporta además un riesgo medioambiental evidente”. Junto a ello, esta actuación viene además a solventar “los problemas de olores que sufren especialmente los vecinos de Nueva Almería y garantizamos la integridad de los trabajadores de la EDAR, ante el peligro que supone la explosión de gases inflamables o el derrumbe de la estructura de hormigón ante su actual estado”, explicó el edil.

Multas
Además, el Ayuntamiento quiere evitar con ello “sanciones de la Junta si la planta no funciona correctamente, cumpliendo con ello los parámetros de vertidos”, y garantizar “el regadío de miles de hectáreas de invernadero dado que la Junta de Andalucía ha otorgado recientemente la concesión de las aguas depuradas del Bobar a la Junta Central de Usuarios, compuesta principalmente por Cuatro Vegas y el Sindicato de Riego”.

Considera Juan José Alonso que además “se evita poner el riesgo la campaña turística de verano por posibles vertidos incontrolados”, ratificando con esta actuación “el compromiso del equipo de Gobierno con el medio ambiente y la sostenibilidad, con una obra importante.