Motivado por hacer del sueño de su padre, agricultor de profesión, el suyo, Paco Ruiz se fue con trece años con su tío a Barcelona, donde recibió clases de Lluís Llongueras, “un genio muy exigente y radical”.
Para conocer en profundidad su historia, nos remontamos a sus orígenes. ¿Dónde nació y como fue su infancia?
Yo nací en Alcudia de Monteagud. Mis padres eran agricultores, pero la vida que tenían era muy dura y en aquellos tiempos se barajaba la posibilidad de emigrar a otros lugares.
¿Qué le impulsó a salir de Almería?
Fue idea de mi tío paterno, Manolo, principalmente. Él se ofreció a llevarme a Barcelona cuando tenía trece años para que aprendiera un oficio.
¿Por qué eligió el gremio de la peluquería?
Esto es muy curioso porque a mi padre siempre le llamó la atención la profesión de barbero, así que de acuerdo con mi tío y con él inicié mi formación como aprendiz en el club artístico de peluqueros.
¿Quién fue su mentor en esta época?
A mí me dio clases Lluís Llongueras, aunque he de reconocer que era extremadamente duro. Era demasiado exigente y muy radical. Hablaba siempre en catalán y lo tenías que entender porque nunca traducía. Me hizo sufrir mucho, como al resto de mis compañeros, pero todos lo respetábamos porque sabíamos que era un genio.
¿Cómo se adaptó a la vida en Barcelona?
Sinceramente, nunca terminé de acostumbrarme. Soñaba con volver a mi tierra a toda costa, aunque eso supusiera ganar menos dinero. Estaba cansado de estar fuera.
¿Cuándo se le presentó la oportunidad de regresar?
En cuanto terminé el servicio militar en Palma de Mallorca, tuve claro que mi destino estaba en Almería, así que hice las maletas y volví a mi tierra.
¿Qué le impulsó a abrir su propio negocio?
No tenía ayuda de nadie, pero sabía exactamente lo que quería y había cogido experiencia, así que emprendí mi propio negocio de corte de caballero en el número 2 de la calle Marchales.
¿Por qué ha estado protagonizada su trayectoria laboral?
Por la pasión. Siempre me he considerado un enamorado de mi trabajo. He estado muy agradecido porque me ha otorgado numerosos éxitos. Desde niño empecé a desempeñar mis funciones con facilidadad. Siempre he pensado que tengo un don porque para mí era como un juego.
¿Cómo ha sido el trato con el cliente?
Excelente. Nunca he cogido a demasiadas personas en muy poco tiempo para darles un trato más personalizado a cada uno.
¿Hay alguna anécdota que recuerde especialmente en todos estos años?
Todas mis anécdotas son afectivas. Tengo muchas para contar porque gran parte de mis clientes me expresaban su agradecimiento regalándome cosas. Recuerdo que en una ocasión atendí a un argentino que volvió a su tierra y me llamó especial atención su correa. Dos años después, regresó a Almería y me trajo una de su país. Fue algo que me emocionó.
¿Ha sido estilista de personas reconocidas?
La verdad es que he pelado a muchas personas distinguidas, pero no voy a dar nombres porque cada uno de mis clientes es igual de especial. Trato de la misma manera a un albañil que a una autoridad.
¿Quiénes han sido sus máximos apoyos en el trabajo?
Sin duda, mi familia. Mi mujer Matilde y mis hijos, Israel, policía local, y el gran atleta de triatlón Jairo. Ambos son dos personas maravillosas de los que me siento muy orgulloso.
¿Cómo le afectó la crisis?
Noté claramente que bajó el volumen de trabajo. Perdí cerca del 40% de la clientela. Pero por aquel entonces mi mujer Matilde ya me ayudaba en la peluquería, así que lo solucionamos quedándome yo solo al frente, como al principio.
A punto de cumplir los 65...
Lo más difícil va a ser la jubilación. No sé cómo se va a acostumbrar mi cuerpo. Yo quería seguir trabajando porque es lo que llevo haciendo toda la vida, pero mi familia me ha convencido para que descanse y empiece a dedicarme tiempo a mí mismo. Siempre he sido muy esclavo de mi oficio, echando muchas horas.
¿Algún proyecto que tenga en mente para esta nueva etapa?
Siempre me he considerado un ciclista así que ahora voy a practicar este deporte cada día. También llevaré a mis nietos Lucía, de ocho años, y Arturo, de cinco, a la escuela cuando se presente.
¿Por qué ha escogido la opción del traspaso?
Tenía claro que si no encontraba a una persona que fuera capaz de llevar el oficio con dignidad cerraría la peluquería, pero he tenido mucha suerte.
¿Qué le llevó a publicitarse en prensa?
Quería llegar al máximo número de personas y LA VOZ es el medio que tengo de referencia.
Para terminar, ¿cuál es la clave del éxito?
Ser bondadoso y honrado. Demostrarle al cliente que tienes buen corazón y que eres formal, respetando mucho el tema de la higiene.
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