La ‘Operación Mácula’ se archiva una década después sin acusados

Un puñado de episodios vertebran la crónica criminal de la provincia de Almería durante la última década. Son sucesos conectados, entrelazados durante años en investigaciones sobre el narcotráfico, la corrupción o la violencia. La Operación Mácula aparece en este ‘selecto’ grupo de incidentes desde su irrupción en la escena pública en el verano de 2008, horas después del asesinato de José Ángel Bru en un coche quemado en una vía de servicio de la A92 a la altura de Gérgal.

La Guardia Civil investigaba las conexiones de una familia radicada en la Comarca de Níjar con una presunta red de tráfico de drogas en Almería y Murcia. Las gestiones del EDOA apuntaban a la supuesta instrucción de hasta 7.000 kilos de hachís a través de lanchas desembarcadas en la zona de Águilas.
Había seguimientos y escuchas telefónicas que afectaban, incluso, a dos agentes de la Benemérita radicados en la Región de Murcia y acusados presuntamente de facilitar información privilegiada a traficantes.

Durante las escuchas de la Operación Mácula se hallaron indicios de la participación de los investigados en el asesinato de José Ángel Bru y se abrió una pieza separada que acabó en un juicio en la Audiencia Provincial de Almería. En las sesiones las referencias a Mácula fueron constantes, especialmente desde las defensas, empeñadas en tumbar la validez de las escuchas telefónicas y, por tanto, de la principal prueba de cargo. La Audiencia de Almería juzgó ese caso y un intento de secuestro en Níjar posterior al crimen de José Ángel Bru. Sin embargo, la Operación Mácula seguía aparcado, lejos del foco.

Sin conexiones
Ahora, más de diez años después, el magistrado Jesús Miguel Hernández Columna, titular del Juzgado de Instrucción número Dos de Almería, ha ordenado el archivo de las actuaciones contra los 17 acusados en la investigación del EDOA y Asuntos Internos de la Guardia Civil.

Tras una década de diligencias, la instrucción no encuentra indicios de delito en la familia investigada por el presunto narcotráfico. Además, buena parte de las acusaciones a otros investigados habrían prescrito ya y, por tanto, hacen inútil la continuación del proceso. La instrucción de la Operación Mácula fue especialmente compleja, con la implicación de órganos judiciales de la Región de Murcia y de Almería, y casi 14.000 folios de diligencias sobre los presuntos implicados (23 tomos de procedimiento).

En los alijos de hachís no aparecen miembros del clan familiar investigado y varios de los sospechosos tampoco  están conectados por las diligencias desarrolladas por la Benemérita en aquellas fechas. Así pues, el juzgado ordena el archivo de la causa y cierra la Operación Mácula.