El gato superviviente de la colonia del Barrio San Luis busca hogar

Rubio es el nombre del gato que sobrevivió el pasado jueves, 6 de diciembre, al presunto veneno que pudo ingerir en las cercanías de su colina, en el Barrio San Luis. El día de la Constitución, en la misma zona, aparecieron cuatro de sus compañeros sin vida en extrañas circunstancias. Todo apunta a que estos animales ingirieron el veneno fuera y regresaron al lugar que conocen para perecer, debido a que uno de estos animales se encontraba fuera del jardín comunitario. Ahora Rubio necesita un hogar donde recuperarse.

Su cuidadora, Nerea Molina, denuncia que no se trata de un “hecho aislado" y pide ayuda. Rubio sobrevivió, pero sigue en estado grave. Ya no echa espuma por la boca ni vomita, pero se niega a comer. Aunque han conseguido paralizar los síntomas de la intoxicación, su estado sigue siendo grave.

Según el diagnóstico del veterinario, el pequeño de un año tiene una anemia hemolítica. Debido a su delicada situación, necesita cuidados diarios para darle de comer y la medicación que lo ayude a mejorar. En palabras de Molina, "Rubio era un gato cariñoso, se acercaba a que lo acariciases y te pedía mimos". Tras el suceso, ha mostrado signos de apatía, pero su cuidadora confía en que en un hogar en el que reine la bondad humana volverá a ser el que era.

El diagnóstico

La enfermedad que le han diagnosticado puede ser de nacimiento o bien aparecer como consecuencia de un envenenamiento lento. Debido a los precedentes de los otros gatos envenenados, Molina está convencida de que ha sido "por envenenamiento". 

De momento, Rubio seguirá hospitalizado hasta el lunes, con suero y medicación suministrados a través de una vía. El lunes le harán una ecografía para confirmar "los daños internos que le haya podido causar el veneno", explica su cuidadora.

De los veinte gatos que formaban esta colonia, otros ocho permanecen en paradero desconocido y su cuidadora los sigue buscando. Pero ahora su máxima preocupación es Rubio. Necesita un hogar donde pueda recuperarse, ya que Molina trabaja fuera y de forma intermitente, lo que le imposibilita estar pendiente de él a diario como necesita. Si alguna familia lo quiere adoptar o acoger hasta que se recupere, puede ponerse en contacto directamente con la que ha sido su cuidadora desde que apenas era un cachorro, Nerea Molina.