Padre acusado de violencia de género gana la custodia tras denuncia a la madre

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cuatro de El Ejido ha retirado la custodia de sus hijos a una vecina del municipio de Dalías acusada de presuntos malos tratos en el ámbito familiar. La mujer tenía la guardia y custodia de los dos menores gracias, precisamente, a una denuncia por violencia de género emitida contra su marido durante el proceso de separación, según la sentencia firmada por la juez María del Carmen Juárez. Sin embargo, la apertura de un proceso por supuestos malos tratos a uno de sus hijos obligó a reconsiderar el caso. “Hay un cambio drástico y radical en la vida de los menores”, señala el tribunal.

El padre, representado por el despacho Martínez Echevarría Abogados, recupera la custodia de los niños y la vivienda familiar y consigue restringir las visitas de la mujer a solo dos horas del sábado en un punto de encuentro familiar. Dicho de otro modo, el varón pasa de tener limitados sus contactos con los menores por una acusación de violencia de género a disponer de la custodia de ambos gracias a la sentencia del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción numero Cuatro de El Ejido, ratificada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería.

La pareja se casó en 2009 y tuvo dos hijos. Cinco años después se separó “a raíz de problemas de maltrato del padre hacia la madre”, explica la resolución.

El varón pasó seis meses de prisión provisional y asumió una orden de alejamiento impuesta por el Juzgado de lo Penal número Cinco de Almería. “A partir de esa resolución, ya hubo muchas dificultades para cumplir el régimen de visitas, perdiendo el padre mucho vínculo con sus hijos; y llegando él a estar seis meses en prisión preventiva”, señala el despacho Martínez Echevarría Abogados.

La mujer se hizo cargo de los dos hijos menores de edad durante el proceso. Un equipo técnico realizó un informe a mediados de 2016 en la disputa por la custodia de los niños y recomendó otorgársela a la madre.  Apenas dos meses después de este informe, la idoneidad de la mujer para cuidar de los niños quedó seriamente cuestionada por la apertura de un proceso penal por presuntos maltratos a la hija. El Juzgado de Instrucción número Cinco de El Ejido abrió diligencias penales contra la mujer y dictó una medida cautelar de alejamiento. Ahora era ella quien estaba en el punto de mira.

El recurso
La relación entre el padre y los hijos se recuperó progresivamente, entonces el varón se tuvo que enfrentar a una segunda acusación: un maltrato por alienación parental. Esencialmente se acusaba al padre de manipular a sus hijos para crear una mala imagen de la madre.

El tribunal rechaza esta argumentación recogida en un segundo informe elaborado por el equipo técnico. Esto es, el padre gana la custodia y la vivienda familiar (adquirida antes de casarse) con una denuncia de violencia de género en contra y una acusación por alienación parental recogida en un informe pericial. Además, la madre se ve obligada a pagar una pensión por alimentos de 135 euros al mes por cada uno de los menores.

La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Almería ratifica la sentencia de El Ejido añade también que los menores tienen “un afán tenaz de estar con su padre”, con “una voluntad expresamente manifestada”.

"Animadversión"

El padre está representado por Abraham de la Vega (despacho Martínez Echevarría Abogados). El letrado cuestionó el informe pericial contra su cliente. “El Síndrome de Alienación Parental no está referenciado ni reconocido por la Organización Mundial de la Salud, lo que deja patente, además, la parcialidad del informe psicológico por una posible animadversión hacia el padre”, señala.

El abogado separa “los procesos penales en los que el padre está envuelto, a raíz de su proceso de divorcio, de su relación con sus hijos”. Es decir, desvincula las acusaciones de violencia de género del comportamiento respeto a sus hijos. El abogado reclama también el inmueble. “A pesar de que la vivienda era de nuestro cliente y de su hermano, vivía la madre sola, como consecuencia de aquella atribución inicial automática a la madre”.