Arquitectura, tecnología, ciencia de datos: el perfil híbrido de Fran Castillo

“Siempre hemos pensado en cómo deben ser los espacios de innovación. Se ha planteado la interdisciplinaridad, un lugar en el que reunir a gente con diferentes backgrounds. Pero ahora hay quien habla de lo anti-disciplinar, o híbrido, y creo que es mas acertado”, dice Fran Castillo. “Buscar gente con perfiles híbridos. Antropólogos o arquitectos que sepan programar, filósofos que tengan sensibilidad por el diseño, o expertos de marketing digital versados en algoritmos… Desarrollar proyectos que integren perfiles de conocimiento híbrido”.

Fran sabe de lo que habla, porque esto, precisamente, refleja su trayectoria. Es de Almería, y estudió Arquitectura en la Universidad de Sevilla. Pero desde antes de graduarse ya le interesaban “la computación, la tecnología, pensar en qué software nos permitía integrar la complejidad de las ciudades...”, recuerda. “Fue cuando empecé a formarme en este tipo de interacción”. Luego estuvo en Barcelona, trabajó como investigador en Media Labs de varios países, luego en diferentes compañías, desarrollando productos que integran Machine Learning o Inteligencia Artificial (AI), y ahora  está en Madrid, en Accenture Interactive.

El futuro

“A través de toda esta formación empecé a trabajar con datos”, dice. “Y es muy divertido, porque los últimos diez años trabajo en entornos tecnológicos, y me digo: Bueno, no soy arquitecto de sistemas, sino de edificios, ¿no? Digamos que estoy en una ecuación diferente, vengo del ámbito de la innovación y el diseño, pero con un background muy tecnológico, de programación, de diseño avanzado de datos, pero muy centrado en productos...”.

Ya no trabaja programando”, explica, “sino como líder de innovación, con equipos de científicos, ingenieros, gente de desarrollo Back y Front...”. Y este mundo lo apasiona. “Hay un gran espacio de oportunidades en la creación de productos de datos: una interfaz conectada a diferentes fuentes de datos, y que te permite, a través de visualizaciones sencillas, comprender la complejidad de esos datos”.

Es como una capa en la que se traduce el comportamiento de un algoritmo para que el usuario pueda extraer valor. “Ese es el futuro del mercado de la AI, pues la vida no va de algoritmos, sino de productos y servicios que nos permitan, como usuarios, entender esos datos. Siempre se habla de que la AI va a quitar el trabajo a las personas. Pero a mí me interesa, en cambio, la idea de utilizarla para amplificar nuestras capacidades”.