Las quejas vecinales por el ruido nocturno, sobre todo en el centro de la ciudad, no es algo nuevo pero sí que es cierto que desde hace un par de años se ha convertido en uno de los problemas más presentes.
La recuperación para el negocio hostelero de calles como Jovellanos que tradicionalmente habían estado casi desiertas, salvo la presencia de Casa Puga, y el polo de atracción que supuso para la apertura de más establecimientos en la que muchos han denominado como la ‘milla de oro’ almeriense, han chocado frontalmente con las molestias que esto genera para un vecindario, en muchas ocasiones, envejecido y edificaciones poco preparadas también al ruido.
La resolución que firmaba el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, en la que reduce los horarios en las terrazas de toda la ciudad pero con especial cuidado en la Zona Acústica Saturada (ZAS) busca trazar una línea que permita la convivencia entre vecinos y hosteleros. Pero si hay algo que desde el equipo de Gobierno municipal han intentado tras la firma de esta nueva normativa, es demostrar que el ruido nocturno en las calles de la ciudad no proceden solo de las terrazas. De hecho, y así lo demuestran los datos, ni siquiera es el principal de los motivos.
Así, para la elaboración de las medidas urgentes realizado por la Gerencia de Urbanismo, se solicitó a la Policía Local la elaboración de un informe sobre las quejas vecinales recibidas.
De este informe elaborado sobre el año 2018, los agentes señalaban que se habían recibido 150 quejas vecinales y de todas ellas, solamente 20 fueron referidas al ruido que se producían por estos veladores, siendo 18 en horario nocturno y las otras dos por contar con reproductores de música o de televisión en la calle, a pesar de estar prohibido.
Denuncias
Explican desde Urbanismo que en muchos casos estas quejas ni siquiera se traducen en denuncias, y por tanto, solamente son 15 los expedientes que se han iniciado.
Esto no significa que los ruidos de las terrazas no sean un problema, sino que, son solo una parte de los ruidos nocturnos. De hecho, ya lo explicaba el concejal de Desarrollo Urbano y Vivienda, Miguel Ángel Castellón, que las principales quejas no llegan de los veladores de los bares, sino de las colas a las puertas de pubs, algo que se ha convertido habitual desde que no está permitido fumar en el interior.
A pesar de esto, las terrazas sí que tienen un problema importante en cuanto a la movilidad y la ocupación del espacio. Y es que el superar el número de mesas o el aforo que se encuentra recogido en la licencia, es el principal motivo de los expedientes sancionadores iniciados.
En todo el año 2017 fueron un total de 76 los expedientes que se incoaron por superar las mesas permitidas, mientras que en 2018 alcanzaron los 46 las infracciones.
Licencias
El pasado año 2018, el último en el que se concedieron licencias para terrazas y veladores, se otorgaron un total de 358 siendo en su mayoría la renovación de las ya existentes en años anteriores.
Teniendo en cuenta que desde que salió el decreto del Catálogo de Espectáculos y Actividades Recreativas de la Junta de Andalucía en agosto no se han podido renovar ni dar nuevas licencias, en este año 2019 ya hay solicitadas un total 150 permisos, mayoritariamente renovación, y en el último trimestre del pasado año se presentaron 267 licencias en muchos casos para prorrogar la existente, lo que significa que prácticamente la ciudad se va a mantener en los mismos datos.
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