A sus 21 años recién cumplidos, hace apenas unos días, José Javier Torres se encuentra actualmente cursando su tercer año del Grado en Estudios Ingleses en la Universidad de Edimburgo (Escocia) a través de una movilidad internacional perteneciente a la beca Erasmus. Una aventura que arrancó en la Universidad de Almería, gracias a sus programas de movilidad, que quizá sea muy diferente a la que vivan futuros estudiantes de la institución almeriense, y resto de universidades, si finalmente se aplica el Brexit; y sobre la que queremos saber más.
En primer lugar, ¿qué te motivó a pedir una movilidad internacional?
Siempre me ha gustado todo lo relacionado con el inglés, sobre todo la literatura y la lingüística. Estudiando este Grado y teniendo suficiente dinero ahorrado para irme un año entero, no podía perder la oportunidad de estudiar lo que me gustaba en un país que es, en gran parte, el origen de lo que estudio. Quería ver la materia desde otro punto de vista y, además, sería una oportunidad muy buena para mejorar mi inglés.
Y de entre todas las posibilidades que ofrecía la UAL, ¿por qué Escocia?
Mis opciones siempre fueron Reino Unido y/o Irlanda por el idioma. Acabé eligiendo Edimburgo porque me gustó mucho lo que vi sobre la ciudad y la universidad en internet, pero lo que sin duda hizo que me decantara por ésta como primera preferencia fue que encontré a una compañera, Pilar, que había disfrutado un par de años antes que yo de la misma beca. Compartió conmigo su experiencia y me animó a ir a Edimburgo ofreciéndose a ayudarme en lo que me hiciera falta durante el proceso de documentación. Su entusiasmo fue lo que me hizo querer ir, como ella, a Edimburgo.
Ahora que lo estás viviendo, aunque te quedan aún unos meses por delante, ¿qué es para ti la Erasmus?
Sé que es una experiencia única que no voy a tener la oportunidad de repetir, al menos con la misma facilidad. La oportunidad de estar en Edimburgo continuando mis estudios durante todo un año como si estuviera en Almería me ha hecho crecer personal y académicamente. También he aprendido a ser más independiente, ya que es la primera vez que vivo fuera. Me ha hecho salir de ‘mi zona de confort’, veo mis estudios de manera diferente y tengo ganas de seguir buscando opciones académicas para continuar viajando y aprendiendo.
¿Qué tal el tema económico?
El cambio de la moneda perjudica al euro y el nivel de vida es más caro. He tenido que tener bastante cuidado con el tema económico, aunque no me ha faltado ayuda de mis padres y de la Universidad de Edimburgo. No es necesariamente algo negativo, aunque a veces haya estado preocupado por el dinero pese a la beca, porque también me ha hecho aprender a administrarme mejor y ahora soy más consciente de “lo rápido que se va el dinero”, como dicen mis padres.
Parece que la Erasmus aporta algo más que conocimientos…
Personalmente no solo me está haciendo madurar en muchos sentidos, sino que también me ha dado la oportunidad de conocer y tener amigos de diferentes países y partes de España. Definitivamente, pese a echar de menos a la familia y a los amigos, el cambio de aires me ha aportado más curiosidad por conocer otras culturas y conocerme más a mi mismo.
¿Y académicamente…?
Está siendo una experiencia increíble. Aquí ya no solo estudio en inglés, como hacía en Almería, sino que también vivo en inglés, y eso me ha ayudado a desarrollar más aún el idioma. Otra de las cosas más importantes que me llevo es la adaptación que he tenido que llevar a cabo en un sistema de calificaciones y evaluación diferentes al español, que al principio fue dura con los primeros trabajos, pero que gracias al ‘feedback’ de los tutores he conseguido mejorar.
¿Alguna diferencia con respecto al modelo español?
Algo que me parece genial y que no tenemos en España, al menos que yo sepa, es que por norma general todas las clases de teoría en la Universidad de Edimburgo se graban y posteriormente se suben a la plataforma virtual para que se puedan consultar siempre que nos haga falta a los estudiantes.
¿Cómo fue tu adaptación y los primeros días allí?
En cuanto llegué se me asignó un tutor personal que me ha estado ayudando a adaptarme a la universidad. Al principio fue como estar de vacaciones, me dediqué a hacer el papeleo necesario y a conocer la ciudad; asistí a bastantes actividades de la universidad para conocer gente nueva y todo el mundo fue muy simpático. Lo que más me costó fue soltarme con el idioma y ‘cambiar el chip’, o el horario que tienen para comer y lo temprano que cierran los comercios.
Y en cuanto al Brexit… ¿cómo se vive la situación por allí?
Antes de que me dieran la plaza ya había buscado información sobre el Brexit y cómo afectaría a la beca Erasmus. Si no recuerdo mal, hasta el curso 2020-2021 las movilidades europeas se mantendrían dentro del acuerdo y no tendrían problemas. Es cierto que estando aquí se vive todo mucho más cercano, he recibido correos de la Universidad de Edimburgo con información relacionada al Brexit, reuniones abiertas e incluso contactos a los que acudir si me surgía alguna duda o tenía algún problema. La universidad realmente transmite mucha tranquilidad con relación a sus alumnos internacionales. Yo he vivido el año sin pensar en el Brexit gracias a los esfuerzos de la universidad por mantenernos al tanto de la actualidad.
Puede que seas de los últimos en disfrutar del actual modelo Erasmus en Reino Unido. ¿Qué efecto tendría el Brexit?
No tengo tanto conocimiento sobre relaciones internacionales y política como para dar una respuesta bien construida, pero pienso que la salida de Reino Unido de la Unión Europa supondrá una barrera más para los estudiantes que quieran realizar aquí una estancia de movilidad. Espero que de ninguna manera dejen de existir programas de movilidad internacional. Deberían intentar llegar a nuevos convenios para continuar el movimiento de alumnos.
Por último, ¿recomiendas la experiencia Erasmus?
Personalmente sí, hoy en día la importancia de los idiomas es tanta como la de los estudios. Hacer una movilidad internacional te ‘obliga’ a aprender o mejorar en un idioma que no es nuestra lengua materna. Esa sería mi razón principal, a la que añadiría que siempre hay que pensar en el grado que se está estudiando y si el hecho de hacer una movilidad internacional puede beneficiarte profesionalmente en el futuro.
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