Martín Gerez fue el concejal más joven que tomó posesión en el Ayuntamiento de Vera, corría el año 1983. Tras décadas de militancia activa en el PSOE ha decidido dar un paso adelante y luchar por la alcaldía.
Las campañas electorales son duras para todos, ¿Hay que replantearlas?
Precisamente hablaba con alguien anoche que en la época de las redes sociales habrá que plantearse si sigue siendo necesario esta intensidad de presencia, de publicidad estática. Hay 30.000 maneras ya de hacer llegar el mensaje sin necesidad de todo eso.
¿Sus conocidos le dicen que es una locura volver a la política a estas alturas?
Todos me lo dicen (risas). Yo llevaba dos años y medio casi desde que me prejubilé en una situación de vida ociosa y tranquila: algún partido de golf, andar, cocinar mucho, cada día, incluso había empezado a montar a caballo. Me dicen “has perdido la cabeza” pero otros dicen “ole, personas como tú son necesarias” y me ofrecen todo su apoyo.
¿Qué tipo de alcalde se imagina que sería? ¿a pie de calle o más de despacho?
Por mi trabajo siempre he sido muy de despacho, muy de análisis, planificación, reuniones…Pero como alcalde me veo haciendo la doble función. Meterse en un despacho y no salir sería una locura. Hay que escuchar lo que dice la gente, si no estás perdido.
Cuando va por otras ciudades ¿va pensando en qué idea le gusta para Vera?
Me gusta viajar mucho, me encanta perderme en grandes ciudades. Muchas de las cosas que veo son difíciles de extrapolar a un pueblo pequeño pero de cada ciudad te quedas con algo que te gustaría llevar a la tuya. En temas urbanísticos una de las grandes referencias es Barcelona, el Ensanche es espectacular.
Si alguien va a Vera, ¿dónde puede encontrarle?
Pues este sábado me va a encontrar en el mercado; también se suele ir mucho a la Terraza Carmona a desayunar o a tomar una cerveza por la noche, actúa mucho como punto de encuentro pero hay muchos más lugares: Bar La Plaza, Van Gogh, la playa de Vera también tiene buenos sitios. Por Garrucha donde tengo mi segunda residencia es fácil encontrarme, y entre semana en Vera.
Tienen ustedes un patrimonio gastronómico referente nacional.
Terraza Carmona, Juan Moreno, ahora empieza Ana García que va a aportar mucho. Pero hay también una cultura gastronómica popular de las casas que habrá que poner en valor. Es cocina de aprovechamiento, una seña de identidad no solo de Vera, de la provincia entera: de la miseria hemos hecho virtud. Eso nos define a los almerienses y en general a Andalucía.
Acabe la frase: Vera es…
Su gente. Ni las banderas ni los nombres de los países o pueblos es lo importante, lo es la gente. Últimamente tenemos muchas opciones políticas en las que todo va girando alrededor del simbolismo: de las banderas, del país…no. Lo importante es la gente, la manera de ser, de hablar, la cultura de los que estaban y los que llegan.
Defectos y virtudes de los veratenses.
Somos un pueblo muy amante de la cultura, del teatro, la música. Ese halo de cultura define a la gente de Vera. El defecto si se puede llamar así es que somos muy sarcásticos; se da mucho en todo el bajo Almanzora pero allí es un exponente muy claro. Es un defecto pero tiene su gracia aunque cuando vienes de fuera te puede confundir.
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