La Asociación Almeriense de Profesores de Formación Vial (Aproforvial) ha alertado del peligro que ocasiona, tanto en la capital como en las calles, carreteras y autovías de la provincia, una señalización de tráfico incorrecta, tanto para los peatones como para los conductores.
Los miembros de esta asociación, que en su mayor parte son profesores de autoescuela y por tanto conocen a la perfección cuáles son los puntos más conflictivos de cada barrio de la capital y la provincia, han lamentado a este diario que decenas de señales que pueden provocar accidentes, e incluso en el peor de los casos graves daños o muertes, se mantengan indefinidamente. Y sobre todo advierten de que, en su opinión, muchas de las señales de tráfico no se colocan con criterios profesionales y técnicos. Y es que, como explica Elisa Parra, presidenta de la organización de profesores en Almería, “la señalización del tráfico es competencia de las administraciones, como ayuntamientos y diputaciones”.
Para ella, “es fundamental que los ayuntamientos y las administraciones en general cuenten con profesionales, porque en ello va la seguridad y la vida de las personas”. Ante esta realidad, Parra ofrece los servicios de su asociación para colaborar con el Consistorio de la capital y asesorarle en todo lo que considere conveniente, en primer lugar para eliminar todos los puntos negros causados por una deficiente señalización, pero también para cualquier planeamiento de futuro.
Aproforvial distingue entre varios tipos de incorrecciones. Algunas de ellas pueden provocar graves situaciones de peligro, aunque en este caso también adquiere especial relevancia la ausencia de señalización, no solo la incorrecta. La falta de señales, advierte, es especialmente frecuente en barrios de relativamente nueva creación, y existen casos muy peligrosos, de cruces de denso tráfico en los que no existen señales de ceda el paso o de stop.
Acumulación En el otro extremo, existen casos de calles en las que se acumulan señales, una tras otra, que solo ayudan, dice la asociación, a confundir y agobiar a los conductores, como el que aparece en una de las fotografías, en las proximidades del parque de bomberos de la capital. En este caso, además, varias señales ‘desaparecen’, cubiertas por ramas de árboles.
Elisa Parra también alerta del mal estado de las marcas viales en la ciudad, muchas borradas, otras equívocas, y advierte de que aunque algunas no se vean bien, ello no exime de la obligación de respetarlas, de forma que el responsable de cualquier accidente en caso de que no sea así es el conductor. Pero además, en este caso se dan circunstancias que demuestran, cuanto menos, una escasa atención, como las de señales viarias que dirigen a garajes particulares o calles cortadas.
Aproforvial también informa de la existencia de señales confusas o contradictoras, y de señalización luminosa sin sincronizar: por ejemplo, semáforos para coches y de peatones que quedan en rojo al mismo tiempo, como en una de las fotos.
Junto a ello, y al margen de las denuncias de los profesionales, también existen casos curiosos, más motivados por el despiste de los operarios que de sus responsables, como el de señales colocadas al revés. Entre ellas se encuentra la de una de las fotografías, de una señal de permitido adelantar -tomada hace unos años en las proximidades de la Isleta del Moro- colocada con las ruedas de los coches hacia arriba,
Y por último, aunque tengan escasa repercusión para el tráfico y menor peligro -salvo para la cultura, claro-, también existen señales con faltas de ortografía. En este caso, las más habituales son las faltas de tildes en mayúsculas. Pero, por ahora, la acentuación gráfica de las letras mayúsculas no es opcional, sino obligatoria, y afecta a cualquier tipo de texto, incluidas las señales de tráfico.
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