El Ejido envía a un juzgado de Almería el crimen de Sergio

Cambio en el proceso judicial sobre el crimen del pequeño Sergio Fernández de siete años de edad. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número Cuatro de El Ejido se ha inhibido en el caso y envía el procedimiento.

Desde ahora, todas las diligencias y declaraciones en la causa por asesinato contra Ana María Baños son asumidas por la magistrada Ana Belén Vico, titular del Juzgado de Instrucción número Tres de Almería.

La magistrada tiene un amplía experiencia en la jurisdicción penal (antes en el Juzgado de lo Penal número Tres). El traslado obedece fundamentalmente al lugar donde se produjo el crimen de Sergio, una vivienda ubicada en el barrio de Villa Inés (Huércal de Almería) y, por tanto, correspondiente al partido judicial de la capital.

La instructora tiene a corto plazo que resolver dos aspectos. Por una parte, espera la entrega del informe completo del Instituto de Medicina Legal de Almería para determinar las causas exactas de la muerte, al que se añadirán los análisis de Toxicología.

Estado mental

Y, por otra, la investigación debe determinar la imputabilidad de Ana María Baños. A la presunta asesina de Sergio Fernández, su propio hijo, no se le ha realizado aún ningún informe médico para verificar su salud mental, ni en el centro penitenciario El Acebuche ni ante los servicios forenses de Medicina Legal de Almería.

Esta cuestión es nuclear en el procedimiento judicial y puede suponer en la práctica la diferencia entre la prisión permanente revisable (los primeros indicios apuntan a un descripción jurídica de los hechos similar a la vivida en el caso Gabriel Cruz Ramírez) o una condena muy inferior por la aplicación de una atenuante o una eximente. Dicho de otro modo, los médicos deben confirmar si Ana María Baños sabía lo que hacía.

La acusación particular, ejercida por la letrada Josefa Castillo, se ha apresurado a atacar esta línea de defensa. “No tiene sus capacidades volitivas afectadas”.

La abogada de Sergio Fernández (padre) recordó a este respecto la comparecencia en el juicio celebrado el pasado mes de septiembre donde se resolvió la entrega de la custodia al padre. “Supo en todo momento lo que quería, supo pedirlo y habló y razonó con normalidad”.

La cuestión está en el corazón del proceso judicial y es el gran peligro para la acusación particular. No en vano, la acusada ingresó involuntariamente en Salud Mental del Hospital Torrecárdenas a mediados de julio por orden del Juzgado de Primera Instancia número Ocho de Almería, como adelantó la agencia Europa Press.

La acusación lo sabe y rechaza esta estrategia del trastorno mental, curiosamente antes de que la propia Ana María Baños tenga abogado (fue asistida de oficio en sedes policial y judicial).