Dijimos que estos días se conmemoran los 250 años de la fundación de la iglesia parroquial de la Encarnación de Vélez Rubio. Todo el pueblo recreó los fastos que supusieron la procesión desde el convento de la Inmaculada al nuevo templo, elegantemente ataviados con trajes del siglo XVIII.
A las 11 partió la comitiva, con el obispo Sanz y Torres al frente, recogió en su palacio al X marqués de los Vélez, Antonio Álvarez de Toledo, y continuaron hacia la iglesia. En la plaza encontraron un grupo de vecinos que le pidió la exención de impuestos de aquel año por la escasez de lluvias, a lo que el Marqués accedió.
Luego entraron a la iglesia, donde se ofició la misa. Música, baile y una paella fue el broche de oro de la conmemoración.
Como digo, los festejos fueron reproducción casi exacta de los celebrados entre los días 24 de Octubre al 4 de Noviembre de 1769, con la única excepción de tres corridas de toros, que no hay donde celebrar 250 años después, pues el coso fue derribado en 1970.
Vamos a recordar los avatares de la construcción de la iglesia parroquial de la Encarnación de Vélez Rubio entre 1753 y 1768, en el solar donde estaba la vieja iglesia de San Pedro.
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