Si hace cincuenta días alguien me dice que pasaría cincuenta días en casa, sin salir a la calle, me lo habría tomado a guasa. Afortunadamente no hice apuesta, la hubiera perdido. Cincuenta días, se dice pronto. Confinamiento en toda regla, tal vez prorrogable si hoy estos políticos de andar por casa se ponen de acuerdo en algo. Uno no sabe qué carta es la buena, si la del plan A, la del plan B, o el plan de ecuación territorial. Sea cual fuere, no está en nuestra mano la baraja, así pues, nos queda mirar y dar tabaco a quien fume.
Ayer o anteayer, a veces no sabe uno dónde tiene la cabeza, en un coloquio celebrado en Levante TV, se suscitó el tema de quién nos sacaría de esta crisis sanitaria. Los participantes en el debate coincidieron que los Gobiernos, no. Ni Autonómicos, ni Central. Hubo unanimidad en que seríamos los ciudadanos quienes nos sacaríamos a flote. Y es cierto. En el frente, en primera fila, los profesionales sanitarios. En vanguardia, los técnicos de economato, el destacamento de abastecimientos y servicios. El resto del regimiento, presto y listo herméticamente sellado en casa a la espera de suministros protectores. O sea, sí, un sobresaliente para la ciudadanía. A ver si los demás toman nota.
Hoy, con esto de celebrar el cincuentenario de reclusión, me he puesto en vena a Ed Sheeran, Coldplay, Sabina, Manolo García, Scorpìons, Bon Jovi, Guns N' Roses, y, naturalmente a mis Beatles. Los del YouTube me han llamado, que estoy lijando el sistema, que cambie. Tras un tira y afloja me han dejado un cuartito de hora más. Los vecinos que aún quedan en sus casas, no sé si porque no les toca la hora de salida, o porque no les la gana salir, me envían una paloma mensajera. La nota dice: A nosotros también nos gustan los Beatles, pero baja el volumen un poquito, por favor. Mil perdones, la euforia, ya saben, quito decibelios de en medio, aunque, eso sí, me quedo con la paloma. Por si alguna vez la necesito.
Mi amigo Gabi me remite un ‘guasá’. Dice: “La paradoja del coronavirus en Cádiz: más sanitarios afectados que ciudadanos que han dado positivo. Yo no quiero aplausos, quiero medios”, comenta una enfermera de un hospital de la provincia andaluza. La fuente es el diario ‘El País’. Virgen de las Penas, cómo está la cosa. Está mal, malísimamente mal. Esta gente, los sanitarios, es formidable. Al pie del cañón, pese a todos los obstáculos, impedimentos y carencias.
Hoy me han llegado al alma dos personas, a una la acabo de descubrir. Es fantástica. La otra, es mi hermana. Me cuenta que se cruzó con su hija en la calle, que mantuvieron la distancia, “una situación extraña y triste por no poder abrazarnos ni besarnos, prefiero no encontrarme con mis hijos mientras no podamos acercarnos”. Escribe o llámame cuando quieras, hermanita. Ya sabes, yo, sin dudarlo, me quedo en casa.
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