La Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a cinco años y seis meses de prisión a un vecino de Murcia acusado de ocultar a un inmigrante irregular en un hueco bajo los asientos traseros de su vehículo. La Guardia Civil halló a un ciudadano marroquí de 69 años de edad escondido en el habitáculo, con escasas condiciones de ventilación, durante una inspección en el ferry entre Melilla y Almería.
El tribunal considera que el acusado puso en riesgo la vida del viajero con la intención de ocultar ilegalmente la frontera española y le condena por un delito n delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.
“El habitáculo donde iba escondido estaba situado bajo el asiento trasero, con unas dimensiones aproximadas de un metro y 20 centímetros de largo, 50 centímetros de ancho y 25 centímetros de profundidad”, describe la sentencia.
El espacio estaba formado por la estructura metálica del depósito original de combustible del vehículo, del que se había cortado la parte superior de la chapa y que carecía de todo revestimiento interior. Era un hueco angosto y mal ventilado, más aún teniendo en cuenta la larga travesía entre Melilla y Almería donde ya existen antecedentes de fallecimientos por viajes de estas características.
Riesgos
“Cuando el inmigrante fue extraído del habitáculo en el que fue encontrado no podía respirar bien, iba bastante mal y casi no se mantenía en pie”, dice el tribunal. Sobre el asiento se había colocado bolsas, menaje de hogar y maletas, de manera que el varón oculto bajo la tapicería debía pasar inadvertido en los controles. Y, al mismo tiempo, dificultaba la respiración y la salida del sujeto.
“Por el médico forense se emitió informe en el que se expone que, según lo referido por el informado, éste estuvo encerrado en un habitáculo reducido, en el que la capacidad de movimientos estaría prácticamente anulada y se supone no habría gran capacidad de ventilación con la consiguiente disminución del oxígeno disponible”, precisa el tribunal.
La pericial identificó cinco riesgos para la salud del viajero: al soportar elevadas temperaturas con escasa movilidad del aire estaba expuesto a un golpe de calor, pudo sufrir un cuadro de asfixia, estuvo expuesto a la inhalación de gases tóxicos procedentes del motor y tenía riesgo de confinamiento prolongado y contusiones, erosiones y heridas.
El viaje se realizó el 5 de octubre del año pasado, todavía con altas temperaturas. El ciudadano marroquí “estaba en contacto directo del sujeto con la chapa que conforma el habitáculo “y tenía “dificultad para respirar”. “Podría ocasionar la muerte”.
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