Era la Navidad de 2018 cuando los obreros que estaban trabajando a las orillas del mar en la capital para que la ampliación del paseo marítimo fuera por fin una realidad recibieron la orden de recoger el material y marcharse. Todo hacía pensar que se trataba de unos días de vacaciones pero fue ya en el estreno de 2019 cuando se demostró que había sido una huida de la empresa CLM Infraestructuras en toda regla. Desde la constructora explicaban que la bajada casi temeraria que había dado al presupuesto de ejecución, casi 900.000 euros por debajo del inicial de licitación y que dejaba 1,53 millones de euros la adjudicación de los trabajos, era insuficiente y eso le hacía imposible seguir adelante.
Desde entonces hasta ahora, durante meses se intentó una salida negociada con la empresa sin éxito, optándose entonces por la segunda vía, la de resolver el contrato y que fuera otra constructora la que se hiciera cargo de los trabajos. Ese proceso lleva en marcha un año. En él se ha tenido que realizar dos veces la tramitación administrativa después de un fallo en el expediente que obligó a partir de cero. Se consiguió cerrar el expediente sancionador a CLM Infraestructuras por abandonar el tajo con una multa de 100.000 euros y se despejaba el camino para que Tragsa se hiciera cargo de retomar los trabajos con la seguridad de que al tratarse de una empresa pública, la obra acabaría.
Reactivación
En esas estaba la situación cuando llegó la pandemia y, como con casi todo lo que no fuera COVID-19, se paró en seco y la expectativa de que en Semana Santa de 2020 supusiera la reactivación de las obras quedó en un deseo. Tras el estado de alarma se daba el siguiente paso en este complejo proceso administrativo aprobándose por parte del Consejo de Obras Públicas del Ministerio de Transportes la resolución del contrato el pasado mes de junio. Esto ha permitido su envío al Consejo de Estado que será quien, si se cumplen los plazos dados a la Subdelegación de Gobierno, “en este mes de septiembre dé el visto bueno a la resolución del contrato” y será entonces cuando Tragsa pueda hacerse cargo de volver a activar unas obras que llevan demasiado tiempo en el dique seco.
Aunque no se atreven a dar fechas, y menos teniendo en cuenta los cambios continuos que la pandemia del coronavirus está provocando en todos los sectores, la previsión es que puedan estar ya en marcha en el último trimestre de este 2020. La idea es que entre octubre y noviembre vuelvan a oírse máquinas combatiendo con el canto de los pájaros en las inmediaciones de la desembocadura del río Andarax.
Explica el subdelegado de Gobierno, Manuel de la Fuente, que “hay que terminar la obra del paseo marítimo, que esperemos que muy próximamente se puedan reanudar. El problema es que la empresa adjudicataria que teníamos se fue, dejó las obras, y se tramitó la rescisión del contrato. Hubo un problema administrativo que hubo que reiniciar el proceso y estamos ya en la fase final, que es la anulación de ese contrato por parte del Consejo de Estado e inmediatamente se adjudicará esa obra a la empresa pública Tragsa para que lo termine. Muy próximamente se podrá. Ya se puede decir que se ha firmado el encargo con Tragsa y que se está trabajando para arrancar cuanto antes, para reiniciar las obras”.
Antecedentes
Estas obras arrancaban a finales del mes de julio del año 2018 después de que en el mes de junio se procediera a la firma del contrato con la empresa CLM Infraestructuras y Servicios por un presupuesto de ejecución de 1,53 millones de euros, una cuantía casi 900.000 euros por debajo del presupuesto inicial de licitación lo que supone una baja del 33%.
Estaba previsto que la conexión de los paseos marítimos estuviera culminada para este verano algo que evidentemente no será posible, y por tanto, son tres los veranos que habrán pasado con la zona empantanada y con la previsión de que lleguen a ser cuatro. Habrá que esperar a que haya reunión del Consejo de Estado para que este proceso finalice.
Queda en la recámara la conexión entre los dos puentes para acabar la obra
Hay que tener en cuenta que más allá de las obras de ampliación paradas actualmente, para la culminación real de la conexión del paseo marítimo aún faltaría un elemento que poner en marcha: el puente que una el paseo marítimo y el de ribera.
Mucho se ha hablado de este puente durante los encuentros que el alcalde de la capital, Ramón Fernández-Pacheco, mantuvo en su momento con el Ministerio de Medio Ambiente -ahora de
Transición Ecológica- durante los años en los que gobernó el Partido Popular y, de momento, nada se ha vuelto a saber ya que las relaciones con el actual Gobierno central no son tan fluidas. Y es que el regidor siempre ha defendido que “hay que ir paso a paso, proyecto a proyecto” y primero se ha centrado en culminar los trabajos parados antes de reclamar la construcción de una conexión absolutamente necesaria para que la ciudad realmente esté conectada en su frontal marítimo.
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