“Me he emocionado al volver a ver el colegio lleno de vida”

Bianca tiene tres años y hoy es su primera vez en el colegio. En la puerta del centro, trata de aplacar los nervios andando de acá para allá bajo la atenta mirada de su padre. Ella todavía no lo sabe, pero algún día le contarán que pisó por primera vez las aulas del ‘cole’ de ‘mayores’ en una jornada histórica. Una jornada en la que ni la obligatoriedad de las mascarillas ni el miedo al coronavirus han logrado empañar el entusiasmo que han experimentado miles de alumnos almerienses al reencontrase con sus compañeros después de seis meses alejados de los colegios.

Hace seis meses que una pandemia sin precedentes hizo saltar por los aires la rutina de miles de familias. De ahí que esta mañana en la reapertura de los 246 colegios de Infantil y Primaria de la provincia de Almería se hayan vivido escenas que denotaban sentimientos encontrados. En la capital, en la puerta del CEIP Lope de Vega varias madres confesaban sentir inquietud hacia la efectividad de las medidas sanitarias establecidas para prevenir y frenar posibles contagios. “La ratio sigue siendo la misma”, alegaba una. “Hoy todo está muy bien organizado por tramos horarios y cursos, pero veremos a ver qué pasa cuando coincidan todos los estudiantes a la vez”, respondía otra.

Ambas observaban desde la calle las filas de niños perfectamente ordenados que, con metro y medio de distancia entre ellos, recorrían la pista en dirección al interior de las instalaciones. Muchos con mascarillas de dibujos y alguno con pantalla no podían reprimir las ganas de recuperar aquellas clases que nunca pensaron que echarían tanto de menos.

No muy lejos de allí, en las inmediaciones del CEIP Mar Mediterráneo, se respiraba una calma impropia de un inicio de curso. La convocatoria gradual de los estudiantes, unida a la adecuación de distintos accesos, arrojaba una imagen muy alejada de las aglomeraciones de otros tiempos. “No sabemos ni por dónde se entra”, decía una madre, que tiraba de su hijo mientras murmuraba que no le vendría mal un manual de instrucciones.

La sensación general era de confianza hacia el trabajo de los equipos directivos y de preocupación ante la “insuficiencia” del plan de la administración educativa. “Yo tengo que trabajar, así que aunque tengo miedo, no me queda otra que traer a mis niños”, reconocía una madre a las puertas del CEIP Freinet. Sin embargo, las miradas de alegría de los alumnos desmontaban cualquier tipo de duda de las familias acerca de si la vuelta presencial a las aulas es necesaria o no.

Las risas de los 74.676 alumnos de Infantil, Primaria y Educación Especial de la provincia se han adueñado otra vez de sus centros. La directora del CEIP Freinet, Mariola Martín, estaba literalmente emocionada al volver a ver su colegio lleno de vida. “Esta mañana, al acercarme al aula matinal, me he encontrado a los niños como parados, sin saber muy bien qué hacer; ellos han asimilado mejor que los adultos que deben llevar mascarilla y mantener la distancia de seguridad, no se merecen que se les meta en el cuerpo miedo de más”, expresaba a LA VOZ.