El San José ‘universitario’ ya da la bienvenida a los estudiantes de la UAL

La huella de este Año Jubilar Josefino y la inminente bula papal por la que Francisco declarará a San José custodio de la provincia de Almería será difícil de borrar. De hecho, la provincia se ha volcado, de una forma u otra, y la devoción por el santo carpintero.

Muestra de ello es el monumento que ahora da la bienvenida a los estudiantes que llegan a la Universidad de Almería por su acceso norte. Se trata de una estatua de San José, una obra artesanal que fue ayer inaugurada por el presidente de la Diputación Provincial de Almería, Javier Aureliano García, y bendecida por el obispo coadjutor de la Diócesis de Almería, Antonio Gómez Cantero.

El acto fue breve e histórico en cierta medida: es la primera vez que Gómez Cantero aparece en la típica placa conmemorativa de la bendición, algo de lo que el propio prelado se sorprendió. 

Esta es la cuarta estatua del santo bendecida en una semana frenética en ese sentido: el martes Omella bendijo una en Huércal Overa y otra en Olula del Río, el nuncio del papa bendijo el miércoles otra en Vícar y ayer, esta a escasos metros del campo de fútbol de la Universidad de Almería.

Queda pendiente una que será instalada en el Parque de las Familias de la capital almeriense.

Todo ello, para conmemorar el 150 aniversario de la proclamación de San José como patrón de la Iglesia Universal, aniversario que se celebra especialmente en Almería, donde la asociación de fieles Providentia ha promovido la petición papal para que el santo sea proclamado custodio de toda una provincia en la que se están sembrando las semillas de una devoción imborrable a San José.

"Bendecir no es echar agua", explicaba Gómez Cantero durante el breve acto celebrado en esta rotonda que en su vista aérea dibuja una cruz de Malta. "Es 'bien decir de Dios'. Bendecimos los objetos, pero bendecimos a Dios. Y echar agua recuerda nuestro bautizo y cuando bendecimos a Dios por algo, estamos recordándolo", aclaraba el obispo coadjutor, cuyo nombre ya ha quedado grabado, en piedra, en la historia de la provincia.