Los patinetes prefieren las aceras

El Paseo y la calle de las Tiendas se han convertido en lugares peligrosos para los peatones

Una joven en patinete por el centro de la ciudad.
Una joven en patinete por el centro de la ciudad. La Voz
Eduardo de Vicente
07:00 • 21 mar. 2021

El patinete eléctrico empieza a convertirse en una pesadilla para los vecinos y los comerciantes del centro, que ven como estos nuevos jinetes de la apocalipsis cabalgan a sus anchas por calles peatonales y por aceras con total impunidad, como si supieran que son invisibles para los guardias, como si una ley divina les otorgara el derecho a ser vehículos y a la vez peatones.



Las normas que entraron en vigor a comienzos de año, decretadas por la Dirección General de Tráfico, los obliga a circular por la calzada, como las motos y como los coches, pero son muchos los jinetes del patinete que se pasan las consignas por el forro y que incluso se excitan circulando a contracorriente esquivando a los transeúntes que los miran con cara de asombro. 



Son muchos los usuarios del patinete eléctrico que no se adaptan a ir por la calzada. Se sienten vulnerables entre los coches, como si fueran en bicicleta. Además, los han echado de los ahora llamados carriles saludables y se encuentran perdidos, abocados a ser coches o motos cuando se sienten peatones. 



El peligro de los patinetes eléctricos ha tocado techo con la muerte de una mujer atropellada en Madrid y amenaza con convertirse en un auténtico problema de convivencia. Si usted se da una vuelta a cualquier hora por la calle de las Tiendas podrá comprobar que no se trata de un hecho puntual, de un acontecimiento que ocurre de vez en cuando. Los patinetes atraviesan con regularidad esta calle comercial del centro, reservada únicamente para los peatones. Y son muchos los que lo hacen a una velocidad peligrosa, sin ser conscientes de que un golpe de manillar se puede llevar por delante a cualquiera.



Tienen el peligro añadido de ser silenciosos, por lo que si te aparecen por detrás ni los ves venir ni escuchas ninguna señal que te anuncie el peligro. Para acentuar aún más el problema, algunos conductores circulan por las calles prohibidas con los auriculares del teléfono móvil en el tímpano, ajenos a lo que tienen por delante. Ya están empezando a ser habituales las disputas, las discusiones, los enfrentamientos por este motivo.



Esta invasión de los espacios peatonales alcanza el éxtasis total en el Paseo de Almería, donde para un peatón puede resultar menos peligroso caminar por la calzada de los coches que por la acera. A un coche lo ves y lo sientes cuando se acerca, mientras que un patinete lo detectas cuando ha pasado por tu lado o cuando te ha dado el golpe por detrás.



Hay momentos del día, cuando la vida comercial se relaja y los municipales desaparecen, en los que el conductor furtivo se hace fuerte en el Paseo, sintiéndose intocable. Sálvense los otros, los conductores que cumplen escrupulosamente con las normas, los que van a la velocidad adecuada y circulan por la calzada entre los coches.




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