“Trabajar en Calar Alto es algo muy singular y que no entendí hasta que llegué aquí”, dice Julia Gallego. “El departamento de Informática se encarga de la instalación, configuración y mantenimiento, de los sistemas informáticos y de red. Y ambos tanto a nivel de software como de hardware. La singularidad es que todo está creado y mantenido por el propio departamento: servidores de correo, web, cloud, dns, proxy, archivos, bases de datos, virtualización de servidores... Y, por supuesto, el mantenimiento de los equipos utilizados para la observación. Tanto los empleados para los telescopios, como los que se usan para los instrumentos del propio telescopio”.
Julia es de Alcóntar, un pequeño pueblo de la Sierra de los Filabres. Su primer flechazo con la informática fue “cuando mi hermano se compró su primer ordenador. Yo podría tener ocho años, pero me encantó esa caja mágica que permitía hacer casi todo lo que se te pasara por la cabeza: jugar, escuchar música, ver películas y acceder rápido a la información... Me pareció asombroso, así que acabé comprándome mi propio ordenador, y surgió en mí esa necesidad de aprender más sobre el mundo de la informática. No imaginaba siquiera el nivel tecnológico que disfrutamos hoy. Acabé estudiando el ciclo formativo de nivel medio, seguido del superior hasta acabar en la carrera universitaria...”.
La carrera
Hizo Ingeniería Informática en la Universidad de Almería, y compaginó sus estudios con diferentes trabajos, desde la atención al cliente, a técnica en Microinformática, pasando por programadora de Software ERP. “Lo que fuera necesario para cumplir el objetivo que tenía fijado en mi cabeza: ser ingeniera informática”, sonríe.
Sabía que la carrera iba a ser complicada. “Yo solo era fuerte en la parte práctica: programación, sistemas, administración de redes y bases de datos, pues los ciclos formativos me dieron una base sólida. Me tuve que poner las pilas con el resto de las asignaturas: matemáticas, física y electrónica...”. Había pocas chicas, “pero estábamos totalmente integradas con el resto de com pañeros”, afirma. “A medida que fueron pasando los cursos, el número de chicas matriculadas fue aumentando, lo que refleja que se está venciendo el estigma de que es una carrera para chicos”.
Ahora se encuentra más cómoda con la programación web, aunque también le gusta hacer tareas en administración de sistemas, bases de datos, o, incluso, relacionadas con redes. “Quizás lo que más disfruto de mi trabajo actual es que me permite moverme entre todas ellas”, añade. “La posibilidad de ser versátil y emplear los conocimientos adquiridos en la carrera, y seguir ampliándolos”.
Especializados
Entró a trabajar en el Observatorio Astronómico Hispano Alemán de Calar Alto (CAHA) en septiembre de 2020. “Vi en una web de empleo que se solicitaba un perfil que se ajustaba al mío, para el departamento de Informática”, dice Julia. “Eché el currículum, y fui elegida...”.
“Mis compañeros son brillantes”, afirma, “Cada uno de ellos está más especializado en alguna de las áreas. Respecto a mí... Ahora mismo sigo siendo ‘la nueva’, y aún me quedan mucho por aprender de ellos. Sigo formándome y, a medida que voy adquiriendo nuevos conocimientos, mas me apasiona mi trabajo, y me siento más feliz en él. Realmente, quiero darle las gracias a las personas que decidieron darme esta oportunidad al seleccionarme para trabajar en el Observatorio...”.
Increíble
Cuando llegó al observatorio, Julia estaba al día de las actividades que se realizaban allí por la prensa y los reportajes que leía en Internet, pero jamás imaginó lo que se encontraría. “Poder entrar a la cúpula del 3,5, y ver el mayor telescopio de la Europa continental... Fue increíble”.
En el CAHA trabajan astrónomos, electrónicos, informáticos, mecánicos, personal de mantenimiento, administrativos... “Con su trabajo, convierten al centro en un referente a nivel europeo”, dice Julia. “Y esto suena genial, pero lo es mas cuando conoces a los compañeros de cada departamento, entiendes el trabajo que realizan, y compruebas que cada uno es una pieza imprescindible dentro del entramado de Calar Alto”.
También se está adaptando bien es al frío. “El centro está a 2.168 metros”, sonríe. “En invierno la temperatura rara vez sube de cero grados, y ya he podido disfrutar de alguna nevada. Cuando las cúpulas están nevadas, la vista es maravillosa. Por otro lado, mis compañeros estaban deseando comprobar si los neumáticos de invierno que había puesto en el coche eran efectivos, pues es tradición que las nuevas incorporaciones allí cuenten su primera experiencia al conducir sobre la nieve”.
Y es que la revolución informática es un hecho. “Si nos fijamos un poco en nuestra rutina diaria, vivimos rodeados de ella”, apunta Julia. “Tenemos un móvil, un ordenador, aparatos digitales conectados en los hogares y oficinas... A raíz de la pandemia hemos aprovechado las ventajas de los avances tecnológicos. Hemos estado conectados a nuestros familiares, y se ha conseguido normalizar el teletrabajo”.
El futuro
En el observatorio ahora se está aplicando, “y estamos apreciando las ventajas de reducir tiempo y costes de desplazamiento, a la vez que mantenemos plena eficiencia en el desempeño de nuestro trabajo”.
Y el futuro, ¿cómo lo ve? Julia vuelve a sonreír. “Actualmente me encuentro muy cómoda y realizada en mi puesto en Calar Alto. Mi intención es continuar allí, pues me permite crecer profesionalmente y afrontar nuevos retos. Y a nivel académico, me gustaría formarme en Ciberseguridad. Es una vertiente de la informática que está creciendo mucho, debido a que cada vez es más complicado mantener la seguridad de los sistemas informáticos”.
La informática es un sector que va, e irá, ligado al resto de sectores. “Se automatizan mas procesos, construimos máquinas capaces de desempeñar el trabajo que hasta ahora se hacía manualmente, y esto revolucionará por completo del mercado laboral”.
TRABAJO EN EQUIPO
¿Y cómo es el mundo de la Informática, visto desde dentro?, le preguntamos a Julia Gallego. “Ahora que estoy dentro de él, ha cambiado un poco mi mentalidad”, responde. “Pensaba que trabajar como informática iba a ser un poco solitario, que acabaría en un despacho haciendo las tareas asignadas mediante alguna aplicación. Y aunque me guste este mundillo, soy una persona extrovertida, y me gusta interactuar con mis compañeros...”.
“Pero una vez dentro, y por mi propia experiencia laboral, he comprobado que no es así. Normalmente se trabaja en equipo, y se hacen reuniones diarias en las que se asignan las tareas a cada miembro del departamento. Me encanta que las empresas se hayan adaptado a las nuevas metodologías de desarrollo, pues son más efectivas para realizar el trabajo”.
¿Y un consejo a los jóvenes que empiezan? “Que, si les gusta el mundo de la informática, sigan adelante; bien estudiando en ciclos formativos o en la carrera universitaria...”.
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